Se detuvieron delante de un despacho para visitas y él abrió la puerta. El escritorio estaba a un lado del gran espacio de la recepción de la oficina de finanzas. Un ordenador y un teléfono ocupaban media mesa. Había un cuadro con el logo de la empresa y un ficus en una esquina. Era perfectamente adecuado para trabajar a gusto. —Esta será tu casa durante las próximas semanas. La mesa tiene material, el teléfono está activo y tienes enchufes para conectar tu portátil. Si necesitas algo, la asistente de contabilidad, Verónica, puede ayudarte. Está al final del pasillo, a la izquierda. La secretaria principal Sara está de vacaciones, por eso nos vimos en la necesidad de buscar una asistente, cuando ella regrese, te adjudicaré otro puesto. Tu jefe inmediato es el gerente de finanzas, se llama Omar Mendoza, no se encuentra. Pero lo conocerás mañana. Sofía asintió con un seco gesto. Parecía estar deseando que se fuera, adivinó Mateo. ¿Cuál era su problema? Estaba rígida y tensa, como si an
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