****—¿Aló?— Hola Juan, soy Sofía.—¡Hola! ¿Cómo estás? ¿Por qué me llamas? Le pasó algo a Daniela.—No, querido, ella está bien. Solamente quería decirte que todo este tiempo que he compartido con Daniela, la he aprendido a admirar, es una buena mujer, excelente madre e hija. Y yo sé que esto al principio fue un trato de negocio, pero por favor no le hagas daño, si esta relación que comenzaste con ella no va en serio, aléjate. Porque ella si va en serio y está muy ilusionada.Juan sonrío y le dijo.—Todas mis conversaciones contigo, mostrando preocupación por su bienestar, no te hacen confiar en mí.—Si, querido, pero también recuerdo que eras mujeriego.—Aunque no lo creas, ya no soy el mismo. Y créeme querida, aunque sea multimillonario, muchas mujeres no quieren compartir conmigo porque les repugna mi aspecto.—No digas eso, Juan, todavía no entiendo por qué no te has operado.— Sí, lo hice, han sido varias cirugías reconstructivas. Los doctores me dijeron que solo me falta una,
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