Susana llegó a su casa y subió de inmediato a su cuarto, quería estar sola. La habitación estaba igual como la había dejado, como si ella nunca se hubiera marchado de ahí.Las paredes pintadas en rosa y blanco, su gran cómoda, un hermoso tocador, en el cual había un sin números de perfumes y cremas, ahora todo parecía soso.Ella con sus delgadas manos tocaba cada objeto que se atravesaba por su camino.Suspiro dolida. Por su necedad había sufrido lo que no debía.Su cama estaba cubierta por un cubrelecho hecho por su mamá, el cual era su favorito. En el piso la alfombra que ella misma hizo con pedacitos de telas y el rincón cerca a la ventana su gran colección de muñecos de peluche.Se detuvo frente a la cómoda y sacó ropa, ropa interior que desde el secuestro no utilizaba. Llegó al baño, y con much
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