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Leo agotado y muy estresado por lo cual condujo todo el camino sin detenerse en algún lugar. El sol está sobre su cabeza lo que indica que ya es medio día y aún le falta un recorrido largo. El calor es abrumante y su camisa se pega al cuerpo causando fastidio e incomodidad, pero esto no detiene al hombre que solo tiene un objetivo en su cabeza, rescatar a la chica que le robó el corazón.

Ya eran pasadas las dos de la tarde y con el sol a la espalda llegó Leo a la cabaña donde se encontraban las mujeres secuestradas.  Por fin había llegado al lugar donde él tenía el corazón anclado. Después de conducir toda la noche y gran parte de la mañana, por fin había llegado.

Cansado desde lejos visualizó la cabaña y con rapidez hizo una inspección. Debía tener todo bajo su control si no quería que algo le saliera mal. Sospechaba que aque

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