Bueno, es mejor que subas a tu cuarto, voy a buscarte ropa de dormir de un primo que viene de vez en cuando, creo que es de la misma talla que tú. —Ignacio sonrió y se acercó a ella.—De haberlo sabido habría empacado ropa antes de venir a la casa de mi novia. —Amelia se sonrojó.—¿Tu novia?—Eso eres a partir de esta noche, y pronto serás mi prometida cuando te presente a todos con tu verdadera identidad. —Amelia sintió preocupación y agachó el rostro.—¿Dije algo malo?—Es que todo este tiempo…—¿Qué?—Es confuso, empecé siendo tu esposa, bueno, era Silvia, yo solo estaba sustituyéndola. Él le agarró el mentón y la miró fijamente a los ojos. —Estos meses has hecho por familia y por mí más de lo que Silvia hizo en años; soportaste muchas cosas y recibiste reproches que no te correspondían, eso te hace una esposa, una buena esposa. Quiero que lo seas pronto, me casaría contigo hoy mismo si pudiera hacerlo.Se quedaron viendo fijamente a los ojos, todo quedó en silencio, solo se esc
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