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Todos los capítulos de Cazando al Ceo. : Capítulo 1 - Capítulo 10
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Prólogo
New York, octubre del 2021.Derek Mayeer—Señorita Julie, por favor, infórmele a Dominico que lo quiero en mi oficina, ¡ahora!— mi tono esta mañana no es amable, estoy a punto de gritar.—Si señor Derek, cómo ordene—ella responde respetuosamente y cierro la línea de intercomunicación con mi asistente. Sigo rondando por mi oficina hecho una fiera, esperando el momento que Dominico se decida a honrarme con su presencia. Estoy por demás impaciente y mi hermano se da el lujo de hacerme esperar precisamente hoy. Con esta, ya va la tercera vez que lo llamo en los últimos diez minutos.«¿Cómo diablos esa mujer lo volvió a hacer?» La duda me martillea en la cabeza. Me resultaba increíble que estando tan alejada de sus negocios cómo afirmaban en las noticias, la tal Érika fuera capaz de haberme arrebatado de las manos el jugoso contrato por el que llevaba más de dos meses trabajando sin aliento. Al parecer la organización de su matrimonio no le quita tanto tiempo como dicen. «Es una Bruja».
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Así comienza la historia.
 Abril 2021Narrador OmniscienteErika Camel y Julie Peterson  fueron amigas desde la primera infancia. Se conocieron desde mucho antes de que el padre de Julie perdiera todos sus bienes en apuestas clandestinas y su casa hipotecada fuera rematada por el banco. Desde entonces las niñas jamás se habían separado.La familia Camel acogió a Julie como a otra hija, y ella ciertamente veía en Érika a su única hermana. Ambas habían prosperado juntas, habías sido educadas bajo los mismos principios morales. Ambas habían matriculado y se graduaron en  la misma universidad y a sus 26 años de edad eran aún inseparables. Leer más
Blanca Nieves
Derek Meyer Mi Nombre es Derek Meyer, CEO de una de las empresas más importantes en el rublo de la tecnología con cedé en Manhattan, New York. Mi fama de prepotente, arrogante y dominante me antecede. Soy implacable a la hora de hacer negocios, y mantengo lejos mi vida sentimental de mi organizada y exitosa vida laboral. Tengo 33 años y actualmente soy soltero, después que mi prometida decidió romper nuestro compromiso. O más bien me presionó a llevar a cabo una boda a pocos días de haber muerto mi madre. Eso detonó mi mal genio, pues me negué este sentado en un banquete de bodas sabiendo que ese mismo mes enterré a mi madre. No ha nacido la mujer que juegue conmigo, o me ponga un ultimátum. Ella sabia ese día que jugó su última carta, me perdería para siempre. Casi enloqueció cuando mi hermano comentó que debería viajar a Alemania a arreglar asuntos urgentes sobre el futuro del patrimonio que habíamos heredado, pero eso no justifica su terrible actitud. Ademas, en este viaje al
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Cae porque Cae
Erika Camel Salí de New York en medio de una terrible nevada. El frío me calaba hasta los huesos y me hacía sentir melancólica y abstraída. La nieve siempre me transportaba a aquel invierno en que mi madre murió, después de haber luchado por años contra una penosa enfermedad. Aunque era bien pequeña,aún me llegan varios recuerdos con la suficiente nitidez como para saltarme las lágrimas. Intenté fervientemente de apartar esos pensamientos tristes de mi cabeza, como cada vez que me abordaban los recuerdos desafortunados de esa época. Me sentía emocionalmente agotada, después de cada discusión con Mark. Ya esa relación no me  Leer más
¿Quien eres tú?
Erika Camel  Luego de estar un rato fuera hablando telefónicamente con Julie regresé al salón  donde se estaba desarrollando el cóctel. Fui al baño, repasé mi maquillaje quedando otra vez impecable y me dispuse a salir para comerme al mundo, o a cierto CEO sensual en su defecto. Caminé contoneando mis caderas sabiéndome sexy, mi cuerpo siempre había dado de que hablar entre la población masculina que me rodeaba, así que por qué no usar eso a mi favor por una vez en la vida. Me posicioné cerca del bar con un martini Bombay en mano y espere tranquilamente saboreando una aceituna que Derek Meyer se acercara por una bebida. La noche era
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La Primera Mentira
Derek Meyer  —Yo la asistente de Emiliano Alberti— explicó—ahora estoy trabajando por mi cuenta. Eso explicaba que Emiliano estuviera con ella. Cada vez más impresionado sonreí como un niño y me obligué a apartar la vista de ella. No quería acosarla. Tendría que hablar con mi hermano al volver a casa y pedirle consejos o regresar con Rocci, porque mis dotes como conquistador y amante de una noche me estaban comenzando a preocupar.  El taxi se detuvo frente a su hotel, que casualmente era el mío. Ni siquiera me había dando cuenta cuando ella le soltó el nombre al taxista de lo atontado que me sentía obse
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Deseo irresistible
Erika Camel Caminamos saliendo del bar tomados de la mano, sonriendo como dos niños, aunque nada más lejos de la realidad, no había inocencia en lo que haríamos. «Eso lo podía garantizar, de mi cuenta corría». Esas eran las ventajas de ser libre, la capacidad de poder tener sexo consensuado sin tener que darle explicaciones absolutamente a nadie. Solo la llama del deseo daba las órdenes esta noche, y de nosotros dependía únicamente si lo repetíamos, si nos buscábamos luego. Estaba deseosa de él, y mientras más sucios mis pensamientos , más sensacional se volvía la ocasión. La anticipación me tenia más excitada que en cualquiera otra noche de sexo anterior en los últimos seis años. Eso, unido a la euforia de haber logrado arrastrarlo conmigo a mi hotel, me tenían radiante. Ya nada se interponía entre su cuerpo y el mío desnudos, o bueno si, quizás un poco de ropa. Eso se arreglaría tan pronto la puerta se cerrará a mi espalda. En el ascensor fue imposible que ese hombre, casi un a
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Monumental Gimnasio
 Derek Meyer   ¿Cómo diablos paré  trayendo a mi cama a una hembra de fuego y volcán? Sería una buena interrogante, aunque la respuesta era sencilla. Esa diabla me había ganado la partida desde que la vi  sentada en la primera fila del auditorio, aún dictaba la conferencia cuando ya había comenzado a fantasear con su cuerpo, con tenerla así dispuesta y solo para mi.  No era solo su belleza salvaje, era esa forma de mirarme, la atención que me ponía. Su forma de hacerme sentir el centro de atención, y no es que fuera geocéntrico, es que nadie me ponía esa atención. Nadie me miraba así.  Leer más
Cómo si fuera Amor
Erika Camel  Desperté un poco adolorida, me ardía entre las piernas, y la pelvis la sentía como si hubiese corrido una maratón; de hecho eso era  exactamente lo que había ocurrido, un maratón de sexo intenso. Recién me di cuenta que el cuerpo desnudo de Derek Meyer estaba junto al mío, y me volví a sentir radiante. Si antes quería tenerlo en mi cama, ahora lo necesito con desesperación en mi vida. Este hombre tienen que ser mi amante, mi folla amigo, mi amigo con derecho... lo que sea, pero lo necesito en mi vida. Sus brazos bronceados estaban sobre mi, ¿abrazándome?, ¿podría alguien ser tan violentamente vehemente y tierno a la vez?
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Noche perfecta
  Derek Meyer     Quedé en la puerta de mi habitación hasta que aquella mujer ataviada con sensual vestido de fiesta siendo plenas dos de la tarde desapareció por el elegante corredor del piso de las exclusivas Suite Presidenciales del hotel Ritz,  no sin antes voltearse a mirarme, lanzarme un beso y despedirse agitando su mano. Podría decir que se veía ridícula, cursi, incluso falsa por un gesto tan intimo a apenas unas pocas horas de conocernos; o que su pelo alborotado por la pasión de mis manos se veía desaliñado y mal, pero no, solo tenía ojos para su perfecto par me nalgas alejándose de mi. Me quede en el umbral hasta que la perdí de vista, me mantuve allí unos breves segundos fantaseando  con el momento en que regresaba corriendo a mis brazos y ambos perdíamos los vuelos. «¡Mier
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