CAPÍTULO 50. Una mentira tras otra
—Tienes que calmarte… ¡Nina, por favor, tienes que calmarte! —el abogado había salido, junto con el detective Allen, para dejarlos hablar a solas. Y aunque Tyler sabía que quizás hubiera alguien detrás de la ventana de cristal, no se iba a detener para preguntar lo que debía.—¡Pero es que yo no lo hice! —exclamó Nina, angustiada—. ¡Lo están tergiversando todo! ¡Theo estaba enfermo, tú lo viste! ¿Cómo van a decir que no tenía nada? ¿Qué tan estúpido tiene que ser ese forense…? Para no darse cuenta…—Nina por favor…Tyler intentó abrazarla para que se calmara, pero ella parecía totalmente descontrolada.—¡No…! ¡Es que nadie me cree! ¿Cómo crees que le voy a meter una sobredosis de morfina…? ¡Dios, si yo adora
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