Hades y yo no podíamos hacer otra cosa que volver a esperar, aunque ahora sentados en la cabina de la furgoneta. Él se dedicaba a comer pipas compulsivamente, y el ruido me estaba poniendo aún más nerviosa, de modo que traté de focalizarme en conectar con los chicos.—¿Hola? ¿Podéis oírme?— cerré los ojos con fuerza como si así el mensaje llegase con más eficacia. —Reika, todo bien por aquí, hemos capturado a 13.— sabía que era Max, me alegraba muchísimo de saber que estaba a salvo.—Nosotros no hemos encontrado a ninguno por aquí, pero seguimos esperando.— Ayax parecía alerta y no quería molestarle demasiado en estos momentos tan tensos.—Hades y yo también tenemos a unos cuantos, no parece que vengan más por aquí.— temí haber llamado a la mala suerte al pronunciar esa frase.—Se nos ha ido de las manos.— abrí los ojos alarmada al escuchar aquello de Duke, lo cual hizo que Hades dejase las malditas pipas de girasol a un lado.—El plan no era este, lo sé; pero estaban armados y no he
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