El viejo saltó por la ventana y huyó antes de que pudiésemos seguirle. Sin embargo, el otro francés no huyó, se arrodilló junto a su gemelo convaleciente. En su cara se veía que estaba sufriendo tanto dolor a niveles profundos que ya no le importaba nada de lo que le pudiésemos hacer a su cuerpo terrenal. Soy hija única, así que creo que jamás podré llegar a entender la pérdida que estaba sufriendo aquel chico. Cuando el otro exhaló por última vez, él levantó la vista hacia nosotros con la mirada rota.—Ni un paso más. —advirtió Remus mientras le encañonaba.—Ami, entends-tu le vol noir des corbeaux sur nos plaines?Ami, entends-tu les cris sourds du pays qu'on enchaîne?— comenzó a cantar en francés y nosotros nos miramos confundidos.—Ohé, partisans, ouvriers et paysans, c'est l'alarmeCe soir l'ennemi connaîtra le prix du sang et les larmesMontez de la mine, descendez des collines, camaradesSortez de la paille les fusils, la mitraille, les grenadesOhé, les tueurs à la balle et
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