En todo el día siguiente busqué el momento para tomar la valentía de querer ir a ver a mi madre. Era miércoles ya y me parecía que eso de que todos se fueran a la semana siguiente estaba demasiado cerca. —Kate. Enzo golpeó el cristal de la mampara de la ducha. Estaba todo mojado y lleno de vapor, pero creía que aún así podía verme desnuda bajo el agua. —¿Qué? —Voy a salir, no tardo. Solté un sonido afirmativo y sobre el sonido de la ducha escuché el sonido de las puertas cerrarse. Me aclaré el pelo y salí del baño envuelta en una toalla. Estuve a punto de tocar la tentación de ponerme el bikini y correr a la piscina, pero no lo hice porque era ya por la tarde, estaba sola en la mansión y a pesar de las cosas, de cómo fuera que Enzo y yo estuviéramos, seguía sintiendo que le debía muchas cosas y lo poco que podía hacer ya era cómo mínimo hacer la cena para cuando llegara. Además, Enzo cocinaba de pena por sí mismo, lo intentaba, era agradable ver cómo un hombre cómo él se esfo
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