25. La cita.
A la mañana siguiente me desperté temprano, más por la costumbre que por necesidad. Miré la hora en mi teléfono, apenas eran las cinco de la madrugada, demasiado temprano para un domingo, pero volver a dormirme resultaría imposible, siempre fue el tipo de persona que una vez despierta no puede seguir durmiendo. La cita me tenía nerviosa, llevaba tanto tiempo que no salía con alguien… después de Antonio no pude ver a ninguna otra persona de esa manera, de muchas maneras él había sido el único amor de mi vida, nunca creí posible volver a enamorarme. No tenía mucho que hacer así que revisé mis mensajes. Había recibido uno de Lucía pasada la medianoche, decía: “Rachel, las chicas ya están a salvo, voy a salir del estado por un par de días, no podré comunicarme. Ten cuidado.” No respondí, una respuesta era innecesaria, no sabía en qué asuntos estaría metida o si estaría trabajando en más de un caso a la vez y no acostumbraba a contestarle a menos que ella pidiera una respuesta.- Supongo
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