13. El señor Daleman.
Varios años atrás me presentaron al señor Daleman por primera vez de una forma bastante parecida, pretendía comprar la mitad de las casas cercanas para crear lo que algún día sería un centro turístico completo, con hoteles, centros comerciales y demás. En ese momento no me llamaba Rachel Guerra y aun creía en la bondad de las personas. Nunca me agradó, pero tampoco sospeché que llegaría a tanto…-Señorita Guerra, qué inusual apellido. Se me hace conocida, ¿de casualidad trabajó como acompañante hace dos años? Siento que la conozco, pero no logro decir de dónde. -respondió el empresario, sus inexpresivos ojos, semejantes de los de un peligroso depredador, fijos en mí. - Caray, por lo general no tengo problemas para recordar a las personas, ¿sabe?-Me han dicho que mi rostro es bastante com&
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