—Por favor sabes que es malo para ti —dije riéndome. —Me encantas así, siempre me encantaras así como eres.Me acerqué a él y lo besé con ternura, luego me habló.—Creo que ya debemos de hablar, tenía que ya llegar el día. ¿No? —Dijo triste.—¿Qué pasa? —Dije confundida.—Como sabes, mi cuerpo va decayendo, ya no soy nada de lo que era antes, apenas se puede rescatar mi voz porque está no se ha ido —dijo riéndose. —Pero la verdad es, que ya me toca retirarme de hacer los vuelos, el doctor dice que soy propenso a ataques del corazón y necesito reposo. Ya al parecer no quiero servir.—Oh José, lamento tanto eso. —dije lamentándolo. —Esto es de lo que te hablaba. Lo nuestro no iba a ser para siempre, soy una vampiro. Por eso quería que v
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