Andy se apresuró por el camino que llevaba a su consulta de la prisión, pues esa mañana llegaba tarde, y tenía ganas de ver a Ronda. Sabía que no podría mantenerla ingresada en la clínica durante mucho más tiempo sin levantar sospechas, pero por el momento, la necesitaba.Abrió la puerta, y vio a Ronda esperándolo en la silla de su escritorio; ella estaba completamente desnuda, y lo único que portaba era la corbata que él se dejó la tarde anterior en su despacho.- Buenos días, cariño.- lo saludó Ronda mientras giraba la silla, exponiendo su cuerpo ante él, y abriendo las piernas, para ofrecerle una visión espectacular de su cuerpo.- Ronda, me estás tentando terriblemente, pero tengo pacientes que atender, ¿lo sabes, verdad?- Seguro que pueden esperar.Andy intentó resistirse, intentó negarse,
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