Cierro mis ojos, solo escucho como llaman una y otra vez a la puerta—Vanessa, amor ábreme— me siento un poco asustada, nunca creí que Bruno me trataría así, él es...—. Perdóname, soy un idiota amor, perdóname.Comienzo a temblar de nuevo. ¿Y si esto es así siempre?, ¿si él piensa que por ser su esposa puede hacer lo que quiera conmigo?, ¿si me golpea?... sacudo mi mente, él no sería capaz de golpearme… comienzo a llorar, mi mente me está acabando.—Tumbare esta puerta amor, déjame entrar —escucho un golpe—No seas estúpido, así menos va a abrir —le dice Marcelo de mala gana. Escucho un golpe en la pared.—¡PERDONAME!— grita y yo sigo llorando, me recuesto en uno de los sofás que están en el lugar y trato de calmar mi mente, de no pensar en que
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