—No… no quiero que te sientas presionado por mi presencia —dijo Elena, pensando más en los consejos de su prima sobre “lo más deseado, es lo más valorado”— no obstante, llámame y platicaremos, así te podrás desenvolver como siempre lo has hecho.—Te mentiría si te dijera que no me presionaría tu presencia, el sólo saber que estás sola y que yo estaré ocupado, me pondría inquieto —dijo él sujetándole la mano— gracias por tu comprensión y sí, te voy a llamar todas las noches para que no te olvides de mí.—¿Cómo podría si te voy a estar extrañando todo el tiempo? Cuídate mucho y piensa en mí.—Será imposible no hacerlo.Horas más tarde, en la intimidad de su recámara, comenzó a extrañarlo.Al
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