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Todos los capítulos de "Negada para el amor": Capítulo 21 - Capítulo 30
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Capítulo XXI
Le gustaba Andrés para que fuera el primer hombre en su vida, ¿y por qué no? ¡El único! ¿Y qué mejor lugar que una caballeriza para culminar su más ferviente deseo?Ese lugar que para ella era como su segundo hogar. Se imagina­ba a sí misma, recostada en un montón de paja, luciendo su esplén­dido cuerpo, completamente desnudo, y expuesto abiertamente a las miradas abrasadoras de él. Seguramente de la Ronda sabría apreciar aquel hermoso tributo que se le brindaba.Toda su piel se estremeció al pensar que él pudiera recorrer su piel lentamente, con los oj|os y con las manos, deteniéndose en los lugares más íntimos y pasionales que encontrara a su paso, y luego, mientras se besaban y se abrazaban. El acoplamiento perfec­to, la comunión de sus cuerpos, en la entrega, subyugándose, amándo­se sin condiciones ni prej
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Capítulo XXII
—Claro que sí, a mí también me dará mucho gusto estar con ustedes —respondió Amanda a la sincera invitación— no sólo necesito unas vacaciones, sino que tengo ganas de ver a Miriam, tu esposa y a tus hijas. Unos días con ustedes me llenaran de nuevos bríos. Te prometo que estaré allá.—Perfecto, les informaré de inmediato para que te vayan pre­parando tu recámara y todo lo que a ti te gusta, sabes que te haremos sentir como en tu propia casa.—Lo sé y se los agradezco mucho, de verdad.Con un dulce beso en la mejilla se despidió de ella. Amanda permaneció sentada en su sillón viéndolo salir. Eran muchas las cosas de Francisco que le recordaban a su padre, tal vez por eso le tenía un cariño especial.Aunque también podía ser el que desde niña conviviera a su lado, v
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Capítulo XXIII
A la mañana siguiente encontró a su prima esperándola para desayunar, se veía sonriente y satisfecha. Sin saber porque aquella actitud le molesto, no obstante, no comentó nada.Hubiera deseado preguntarle sobre lo sucedido con Andrés de la Ronda, pero no quiso que Elena se enterara de que ella se intere­saba por él, no tenía caso decírselo.Así que, platicando de cosas sin importancia, y sin que ninguna de las dos encarara el tema que les hubiera gustado discernir, de­sayunaron en un clima de tranquilidad y armonía.Los siguientes días, Amanda se encargó de preparar todo para su viaje de descanso a la hacienda de Francisco, aquella actividad la hizo olvidarse por completo de Andrés, ya que durante el día estaba en los negocios o girando instrucciones por teléfono para la atención a sus caballos, y por la noche lle­gaba tan cansada qu
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Capítulo XXIV
Amanda se comportaba como siempre, eso la confundió más aún, mil cosas pasaban por su mente. Se imaginaba a su amado platicando con su prima, diciéndole que amaba a Elena, y ella molesta lo ha­bía corrido de la fiesta, seguramente celosa de que no la prefirie­ran, ni con toda su fortuna.Estaba convencida que no podía haber sido de otra manera, Amanda no deseaba que ella fuera feliz, pero ahora si lucharía por su dicha.En la primera oportunidad que tuviera hablaría con Andrés y le diría cuanto lo amaba, le aseguraría que no habría nadie que los separara y que por su amor estaba dispuesta a todo.Cuando Amanda quisiera hacer algo por impedirlo ya sería dema­siado tarde para cualquier cosa que intentara. Ella y Andrés po­drían vivir su amor tan intensamente como lo desearan.Reflexionando sobre todo aquello, Elena no se dio cuenta de que
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Capítulo XXV
—Puedes confiar en mí y no necesito decírtelo. Si tienes algún problema y yo puedo ayudarte, no dudes en hablar —le decía Amanda al tiempo que con ternura le acariciaba la mejilla levantán­dole el rostro para encararla directamente.—Sí, tienes razón, no puedo dudar de ti… eres más que una hermana para mí… la verdad es que me siento desespera­da, y la única que puede ayudarme ahora eres tú... —dijo la menor de las Rojas sintiendo que le faltaban fuerzas para seguir hablando.Leticia guardo silencio por un momento y Amanda comprendió que estaba tratando de darse valor para decir aquello que tanto la atormentaba, lo mejor era esperar a que se decidiera por sí sola.Por fin aspiro con fuerza y completamente decidida dijo:—¡Estoy enamorada! Sí, como lo oyes, conocí a un muchacho en una excursi&oacu
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Capítulo XXVI
Amanda, casi no prestaba atención a las críticas que su prima hacía de las hermanas, estaba muy concentrada en sus reflexiones sobre el papel que estaba jugando en todo aquello.—Mira nada más a esa resbalosa, no sé cómo no puede comportar­se como una dama. Prácticamente se le está ofreciendo a Andrés, es una descarada de lo peor, se comporta como una golfa —exclamaba Elena celosa de que Andrés y Patricia al platicar se divirtieran sinceramente—Es denigrante verla ir tras de él, lo está acosando, poco le falta para abrazarlo y besarlo.De regreso Elena volvió a acaparar a Andrés mientras que Amanda hábilmente se encargó de Néstor, ahora las dos hermanas pla­ticaban despreocupadamente.Amanda notó cierta frialdad e indiferencia en Néstor y se conformó, por lo menos no tendría que responder a p
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Capítulo XXVII
—Qué bueno que pienses así, Leticia está enamorada de un muchacho que no tiene dinero, aunque ya terminó una carrera universitaria y quieren casarse.—¿Leticia...? ¿Mi hija...? No consentiré esa boda, por nada dejaría yo que se casaran… ¿Qué fu­turo les puede esperar sin dinero y sin...? —Francisco se había sor­prendido y sin poderse controlar se molestó de verdad.—Tú puedes ayudarles, y si no lo haces lo haré yo, después de todo él es un profesionista que puede trabajar con nosotros… ¿acaso no siempre estamos necesitando personal preparado?—Es que... sí, como siempre tienes razón, nada ganaría opo­niéndome, por otro lado, la felicidad de mi hija está por sobre todas las cosas. ¿Quién soy yo para saber qué será lo mejor para e
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Capítulo XXVIII
Su boca se encontró en los lugares más íntimos, descubriéndole un mundo desquiciante de lujuria interminable que la motivaban a pedirle entre susurros apagados por lo enronquecido de su voz, que no parara, que continuara con aquel martirio que tanto le estaba gustando y del que nunca se imaginó que pudiera existir.El dique de su recato se había desbordado, dando paso a la mujer libre, temperamental e intensa que no conoce límites, que sabe luchar por lo que quiere y que no desmaya hasta que se siente plenamente satisfecha en sus anhelos.Cuando sus cuerpos se unieron en uno solo, ambos lo disfruta­ron intensamente. Amanda se estaba convirtiendo en mujer en los brazos expertos de él. Andrés se daba cuenta que ella le estaba entregando la flor de su virginidad, ese tesoro guardado por largo tiempo, ese tributo que sólo se otorga por amor.Se portó tierno y cariñoso, dulce y su
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Capítulo XXIX
—He sido un estúpido, por un momento pensé que podía estar equivocado, ahora me convenzo de que sólo me engañaba a mí mismo. Te juro que esto me está doliendo más que las otras veces, sobre todo porque se trataba de algo más maduro, más bello —dijo Andrés al momento mismo en que cerraban la puerta de su habitación.—Pues sí, pero la olvidaras pronto, al fin y al cabo, no es sino una mujer más en tu vida. Si quieres mañana mismo nos vamos de aquí, de esa forma ya no pensaras más en ella.—No, no nos iremos mañana, nos vamos ahora mismo, las cosas hay que arrancarlas de raíz y para siempre, prepara tus cosas, iré a despedirme de don Francisco —respondió Andrés con determinación.Al día siguiente Rojas les informo que de la Ronda y Néstor se habían marchado
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Capítulo XXX
Nunca se imaginó que la tuvieran en ese concepto, porque nunca le importo lo que se hablara de ella. Ahora todo sería diferente, Amanda le había enseñado un mundo diferente, grato, amable en el que se sentía bien, él que se merecía, como se lo dijera su prima, y al que tenía pleno derecho.Esa noche durmió plácidamente, pensando en todo lo que debía cambiar, no sólo de su persona, sino de su comportamiento en general, ahora ya estaba convencida y no actuaba por imposición.El insistente sonar de su teléfono celular la despertó del grato sueño que tenía, se incorporó molesta pensando que de seguro era su prima la que llamaba para controlarla, ya no le molestaba aquello, por el contrario, si se preocupaba por estarla supervisando era porque le interesaba.Le gustaba saber que había una persona en el mundo que la amaba y buscaba su bi
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