XVI. Direcciones.Darío no supo qué pensar de la imagen que tuvo ante sus ojos. Nilah y la humana juntos, después de que este afirmara que ya era suficiente de ella. No lograba entenderlo, creía que aquel con espíritu de alfa era alguien de decisiones únicas, fiel a su palabra, lo conocía hace mucho y siempre había sido así, pero esa humana, según su opinión, quebrantaba todo lo que Nilah en esencia era.Eso le hizo pensar en su vínculo, que después del montón de años que tenía, todavía no se mostraba ante él y quizá ya nunca lo haría. Ver a su mejor amigo querer con tanta locura a alguien le hacía sentirse solo, como si fuese vagando por la vida como un ente solitario. Y lo era. Antes al menos lograba olvidar el sentimiento de soledad porque compartía ese mismo estado con Nilah, pero ahora que había hallado a su compañera, recordó de golpe que él aún estaba incompleto y que no habían luces de que ese alguien apareciera en su vida. Su otra mitad par
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