Capítulo 17. Fin
—¿Quién puso la puerta ahí?—dije después de mirar por enésima vez lo que me quedaba de caminata. La entrada estaba en aquella montaña de piedras rojizas y cima plana. Pero la montaña podía llegar a medir un kilómetro de alto. Ariola estaba usando la excusa de que no podía volar mucho y estaba en mi hombro. —Deja de quejarte—me regañó Will. No sé cuánto tiempo paso hasta que llegamos a la cima, pero algunas horas ya habían pasado, el sol estaba saliendo en lo más alto del cielo. Me tire al suelo a pesar de que me ensuciaría, pero necesitaba descansar y no había donde sentarse. Ariola me masajeaba el cabello, mientras miraba a su alrededor. Desde donde estaba, el cielo era azul grisáceo. —Va a llover—comentó la pixie. Me incorpore, no quería mojarme y menos cambiarme de ropa. Cuando recuperé el equilibrio, observe
Leer más