El sonido de su móvil la hizo despertarse de golpe, miró a su costado y Héctor ya no se encontraba en la cama, se frotó los ojos y cogió su celular de la mesita de noche, lo descolgó después de saber que se trataba de su madre. —Hola mamá. — dijo somnolienta. —Cariño, ¿cuándo llegas? Nos tienes preocupados. Se sentó sobre la cama y se despegó el móvil del oído para mirar la hora, daban las diez de la mañana. Regresó el celular al oído. —Estoy bien mamá, sigo con Héctor, en una hora estaré allí, te lo prometo. —De acuerdo hija, pero no tardes tanto ¿sí? Tienes mucho que contarnos. —Sí, mamá. Se colgó el móvil. Se bajó de la cama y recordó que llevaba puesto una camiseta de Héctor. Se lo había puesto esa mañana después del baño que se habían dado. En seguida se acordó de la interesante mañana que habían tenido, razón por la cual se había vuelto a quedar dormida hasta este momento. Sonrió y sacudió la cabeza, se miró al espejo y t
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