En el desayuno tuve que aparentar con todas mis fuerzas, que estaba bien, me costó pero al final lo pude lograr, Bastian se despidió de mi y yo me puse en marcha, necesitaba saber que tanto hablarían, por lo que en cuanto sale, corro a la habitación, me pongo unos jeans, una sudadera y unos tenis, recojo mi cabello en una coleta mientras bajo las escaleras, no me había tardado más que un minuto, tomo las llaves de mi carro y cuando me asomo por la ventana, veo que a penas se marcha. «Bien»Salgo, me subo al carro y comienzo a seguirlo, cuando llegamos a carretera para mi suerte había muchos carros y eso facilitaba mi plan. No conocía donde quedaba aquel hotel, pero seguí andando hasta que llegamos a la plaza del pueblo, estaba nerviosa, apreté el volante con fuerza y seguí.
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