Jane Valois estaba harta de las historias de sobremesa de su padre a la hora de cenar. Su padre, Al Valois, era un simple peón con aires de grandeza. El viejo Al hablaba siempre qué podía (y de hecho siempre podía) de lo genial que sería que la monarquía en Valle Verde llegará a su fin. Al Valois en otro tiempo había sido un hombre respetado y hasta cierto punto, temido y admirado, y no solo por su facilidad para hacer dinero, montar a caballo y engendrar hijos con casi cualquier criada del pequeño pueblo donde vivía, sino porque, en realidad, en sus venas corría algo de sangre real.La casa Valois había sido en el pasado una de las más poderosas y respetadas, las historias a menudo hacían especial énfasis en que, hacia doscientos a trescientos años, la casa Valois hubiera podido gobernar el continente, por encima, incluso, de los Dagger. Palabras más, palabr
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