Inicio / Paranormal / Los Caídos / Capítulo 71 - Capítulo 80
Todos los capítulos de Los Caídos: Capítulo 71 - Capítulo 80
107 chapters
La Leyenda del Demonio Enamorado 2
Vi pasar la tarde con un temor vago que me negué a identificar. Ya tendría toda la noche para enfrentarlo. Cuando terminó la hora de visita, me levanté, agarré el pie con el suero que se empeñaban en dejarme enchufado y me fui a ver a Mauro. Lo encontré jugando al truco con Lucas, que tomaba un mate espumoso que me hizo agua la boca. Hicieron a un lado su juego en atención al número impar. Puesta a desobedecer al médico, estuve a punto de pedirle de rodillas a Lucas que me convidara un mate. Por suerte se dejó convencer al primer pedido. Lo noté pálido y silencioso, como retraído, pero con el par de días que le estábamos haciendo pasar, no me resultó extraño. La tarde anterior, él mismo me había contado que pasaba por la costanera a la madrugada cuando vio el revuelo al lado de Grisú. Se había acercado a ver qué pasaba y se
Leer más
La Leyenda del Demonio Enamorado 3
La enfermera que vino a traerme el desayuno me encontró ya bañada y con la computadora sobre las piernas, viendo en internet los últimos reportes sobre la erupción del volcán Llaima, en la IX Región de Chile, ubicado a la altura de Zapala, Neuquén. Había vuelto a entrar en actividad para Año Nuevo, después de una siestita de catorce años, y por rara ocasión para un volcán chileno, no había traído complicaciones a nuestras poblaciones fronterizas.Una vez que leí la información de fuentes serias, empecé a seguir enlaces relacionados al azar. Y pasé un rato bastante entretenido con la interpretación esotérica, y más bien patafísica, de un informe sobre los volcanes de la Patagonia chilena. Según el autor, sus estudios astrológicos indicaban que pronto se registraría en la zona un evento geoló
Leer más
Lejos de la Gloria 1
Marzo.Ariel empezó las clases. Poco trabajo en la agencia.Sé que hubo algo llamado febrero, cuatro semanas oscuras de las que no guardo ningún recuerdo importante. Fue dejar que el tiempo pasara, insensible, mientras yo intentaba recuperar algo parecido a lo que había sido mi vida antes de conocer a Raziel.Volví a patrullar como en los viejos tiempos. Y no sé si fue por eso, o porque algo había hecho que se incrementara la actividad del inframundo en nuestro plano, pero limpié un montón de lugares, y exterminé o sellé a un montón de criaturas. Empecé a ver a Julián un par de veces por semana. Las noches que no patrullaba, volvía al centro después de cenar y pasaba un par de horas en El Dutch. Me acostumbré a mantenerme ocupada, y acompañada siempre que podía.Dejé sin contestar todos los mensajes y mails de mi fami
Leer más
Lejos de la Gloria 2
Unos días antes de Semana Santa di con el cubil de otra media docena de demonios nivel siete. Se habían asentado cerca de Colonia Suiza y por el momento se limitaban a robar gallinas y perros, pero no tardarían en buscar presas más suculentas.Desgraciadamente estaba en lo cierto. Me llevó una semana rastrearlos, y descubrí sorprendida que estaban a las órdenes de un demonio de mayor categoría. La noche que los ataqué, encontré a dos nenes de cinco o seis años en el cubil. Los tenían desmayados en una jaula improvisada con ramas. Verlos me sacó de quicio. Hice una verdadera carnicería, y pronto no quedaba de ellos más que carroña y cenizas malolientes. Estaba sacando a los nenes de la jaula cuando la Cruz en mi cintura se encendió. Me erguí y giré para enfrentar al jefe con los nenes en mis brazos.Vacilé al ver la silueta humana e
Leer más
La Línea de Llamas 1
Julián me acarició el pelo distraído mientras la película llegaba a su clímax. Yo luchaba por no dormirme, incapaz de acostumbrarme a los dramas europeos que a él tanto le gustaban. Era domingo a la noche, Ariel se había quedado en casa de su padre y yo había aceptado la invitación a cenar en el departamento de Julián. Ahora lo tenía arrinconado para usar sus piernas de almohada, estirada cuan larga era en el resto del sillón. No llegué a ver el final de la película. Me despertó con un beso en la mejilla.—Estás cansada —susurró, apartándome el pelo de la cara—. Vamos a dormir.Era una de las cosas que me hacían seguir viéndolo. Se tomaba cualquier situación con toda la calma del mundo. No consideraba desperdiciada una noche conmigo si no teníamos sexo, jamás ejercía ninguna presi&oacut
Leer más
La Línea de Llamas 2
Traté de decir algo pero no tuve oportunidad. Lucas levantó mis cosas con una mano, me aferró un brazo con la otra y me arrastró fuera del Dutch. Su auto estaba en marcha con dos ruedas sobre el cordón y la puerta del conductor abierta. Abrió la puerta del acompañante, me empujó dentro del auto, me arrojó mis cosas a la cara y dio la vuelta para sentarse tras el volante. Arrancó con un chirrido de los neumáticos y bajó a contramano por el pasaje Juramento sin dejar de acelerar. Encontré algo que parecía mi voz.—¡Pero qué carajo…!Alzó un dedo sin mirarme, los ojos fulgurantes fijos en la calle, todavía muy agitado. Su gesto me aplastó contra la puerta. Jamás se me había ocurrido que el galancito carismático pudiera inspirarle temor a nadie, pero en ese momento tuve miedo.—Cuando me calme &md
Leer más
La Línea de Llamas 3
—¡Los perros, Lucía! —restalló Raziel. Me miró fugazmente y vi que sus ojos eran fuego blanco.Reaccioné sólo por instinto. La Cruz volvió a llamear como esa noche fatídica en que el Caído había estado a punto de matarnos a Mauro y a mí, convirtiéndose en una espada de luz. El primer perro saltó sobre Raziel, que retrocedió un par de pasos antes de poder rechazarlo. Otros tres atravesaron el escudo de luz para saltarme encima. Sólo uno de ellos alcanzó a tocarme con sus garras, un trazo ardiente en mi antebrazo, antes de que los convirtiera en cenizas. El otro Caído atacaba sin pausa, y uno de sus rayos impactó directamente en Raziel cuando tuvo que defenderse del primer perro. Me adelanté hasta su flanco y corté al medio al perro.—¡Encargate de los que quedan! —ordenó, y se lanzó al encu
Leer más
Mosaico 1
El motor estaba apagado pero las llaves seguían puestas. Me senté tras el volante. ¿Y ahora qué? Hacía más de diez años que no manejaba. Arranqué y aceleré hasta asegurarme que no se iba a apagar. Pisé el embrague, probé los cambios. Como era de esperar del vehículo de Lucas Pefaure, pasaban como seda. Puse primera, avancé unos metros sin acelerar mucho, puse segunda y me permití una sonrisa tensa de satisfacción. Aceleré un poco más.Cuando llegué junto a Lucas lo encontré caído hacia adelante, las dos manos contra el costado herido, más inconsciente que consciente. Corrí a agacharme a su lado y le sujeté los hombros desde atrás.—Lucas, ¿me escuchás? Tenés que pararte. ¿Podés pararte si te ayudo?Se estremeció, el aliento escapando en un s
Leer más
Mosaico 2
Obedecí en silencio. Cuando terminé, Ariel me indicó que no lo vendara. Se acercó un poco más y puso ambas manos sobre la herida. La forma en que Lucas se distendió fue evidente. Lo escuché suspirar. Mi hijo me enfrentó sonriendo de costado.—Tranquila, ma. No es tan fácil voltear a un guerrero como él.Firmé el acta de defunción de mi lógica.Así que no tuve inconvenientes en preguntarle: —¿Tenés idea qué pasó, Ariel? ¿Cómo puede estar herido?Mi hijo hizo una mueca pensativa. Su expresión se hizo atenta, como si escuchara, y asintió.—Cuando vio a Blas a punto de atacarte, corrió a cubrirte… ¿quién es Blas?Año sabático para mi incredulidad.—Otro Caído.—Ah. Bueno, lo que pasa es que recibi&oacut
Leer más
Mosaico 3
Lucas me pidió que lo ayudara a erguirse un poco para poder tomar mate. Me senté en la cama a su lado, cruzada de piernas, y vaciamos el termo mientras lo interrogaba. Tal como yo esperaba, respondió a todas mis preguntas. Completó los huecos que yo tenía en su historia como exorcista y como Caído, habló de su vida humana, de su incertidumbre para el futuro. Y mientras hablábamos, su herida seguía cicatrizando a una velocidad asombrosa. A las tres de la mañana sólo quedaban unas manchas oscuras donde los colmillos se hundieran en su carne. Yo trataba de manejar la sensación de incongruencia absoluta de escuchar a Raziel sosteniendo la mirada de Lucas. Nunca la iba a superar del todo.Al fin se terminó el agua del termo, y mis preguntas más urgentes.Lucas se cerró la camisa y cambió de posición con un suspiro.—Dijiste que tenías mi
Leer más