Me iba adentrando en la neblina espesa hasta que, en poco tiempo, la misma se convertía en una tenue bruma. Empezaba a distinguir unas raras siluetas a lo lejos, como relieves irregulares del horizonte. Esa era la idea más obvia, pero estaba equivocado. Cuando había cruzado por completo la neblina, quedé pasmado ante lo que vi. La bitácora quedó más o menos así: "...luego de los repetitivos registros anteriores, una nueva bitácora. Bajé por una inclinación rocosa situada cerca de una maravillosa catarata, después de unos cuantos traspiés y unas insignificantes contusiones, me encuentro con algo realmente inusitado; lo que hace rato creí reconocer como montañas a través de neblina resultó ser una arboleda. Hermosos árboles colosales de tallo negro y hojas color azul, sus copas están tan altas que tengo la impresión de que son un camino al cielo, ok, tal vez no. En el suelo se extiende una alfombra violeta de algo que
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