Capítulo 17. Un Eco
Por dos días, Norah permaneció callada y dormida, su tierna respiración era lo único que su boca susurraba. Albert no dejó su lado, aun cuando tenía visitas urgentes por asuntos de la mansión o de la capital, no se movió de su lado. La veía todo el tiempo, esperando que en algún momento abriera los ojos. Marcus, por otra parte, seguía con su inspección del libro y del muro, él sabía lo que había visto, al igual que Albert. Un destello azul había iluminado el cielo, tal vez creyó escuchar una explosión, pero estaba seguro de que por algún momento pensó en un rugido, potente. Un bramido feroz de una criatura más allá de la imaginación. ―Tiene que haber algo… Se detuvo exactamente donde habían encontrado a la duquesa, estaba sentada a unos metros del muro, mirando hacia arriba, hacia las nubes. Parecía confundida, perdida en la distracción, no escuchaba cuando el Duque gritaba su nombre. Marcus, como el resto de los caballeros, se quedaron a unos pasos de la joven mujer, no solo porq
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