Jean estaba observando todo en primera fila, sintió celos y enojo cuando vio cómo Mich abrazaba a Briseida, desde donde se encontraba escondido no podía escuchar lo que hablaban pero al ver lo que hacía Briseida se dio una idea. No había duda alguna de que estaba enamorado de ella, le gustaba, quería protegerla pero sabía que si permanecía mucho tiempo a su lado entonces las cosas empeorarían, así que no tenía otra opción más que hacer todo lo posible por alejarla de él. Lejos estaban mejor, lejos la protegería pero se negaba a aceptar ese destino del que era prisionera. Claro que quería a Alison pero desde que llegó Briseida a su vida sus sentimientos cambiaron. Y ahora estaba ahí, vigilándola como siempre lo hacía, cuidando de ella detrás de las sombras. —¿No crees qué eso te hace más daño? Una dulce voz que conocía bien lo sacó de
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