Adrick estaba tendido en la cama y Carlotta sentada a horcajadas sobre él. Ella gemía de placer, mientras se contoneaba moviendo las caderas adelante y atrás de forma violenta. Las finas gotas de sudor bajaban por su espalda. Katsumi reparó en lo pequeña que era su cintura, de nuevo se sintió intimidada por esas proporciones casi perfectas. Ninguno de los dos la habían visto; Carlotta estaba de espaldas hacia la puerta y Adrick tenía los ojos cerrados, con una pequeña sonrisa en los labios, sintió ganas de arrancársela de una bofetada, pero su mayor problema en ese momento, era con Carlotta, cuando iba hacia la habitación, no sabía lo que haría, tal vez hablaría con ella como una persona civilizada, le pediría que, por el bien de Anya, se tomara un tiempo para rehabilitarse y volviera a ver a su hija cuando estuviera lista para ser
Leer más