Capítulo 37. Un bofetón de realidad.
Estaba entusiasmada aquel día, no quería pensar en Miguel, pero sabía que mi estado de ánimo estaba relacionado con su reciente actitud. Tuve clases por la mañana, almorcé con Maca, que aseguraba tener grandes noticias que contarme, pero cuando llegué al local, llevaba tarde, como de costumbre, así que terminé comiendo sola, porque no quería llegar tarde a mis clases de yoga de la tarde, recién me apunté, y no quería faltar a la primera clase. Fue interesante, como dato os diré, que el profesor estaba para mojar pan.Macarena me envió un mensaje a eso de las ocho, quería que nos tomásemos algo, y puesto que yo iba a cenar fuera, me pareció una pésima idea. Tuve que declinar la oferta, aunque le dije que nos veríamos en casa un rato.Me di una ducha y me puse un bonito vestido azul marino, encima de aquella ropa interi
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