Una oportunidad laboral no es algo que se dé todos los días, más después de haberlo pasado tan mal en la vida, de no haber podido trabajar de lo que había estudiado durante mucho tiempo, al fin parecía que tendría oportunidad de mostrar mi valía.
Habían pasado seis meses, duros y difíciles. Lo cierto es que… cuando él se fue… mi vida se convirtió en un infierno. Me evadía en ocupar mi mente de miles de quehaceres, para evitar pensar, y terminaba bebiendo en cualquier bar, junto a Macarena.
Después de mucho tiempo buscando una oportunidad laboral como aquella… allí estaba, frente a aquel instituto de pago, en la localidad de Badalona.
Para el puesto vacante no se necesitaba saber catalán, sólo inglés, dado que daría toda la clase en este idioma, como si fuese nativa, y era genial. Siempre ador&eacu
Narrado por Miguel.Me quedé estático sin poder reaccionar durante un par de minutos, cuando lo hice, ya era tarde, ella ya se había marchado, ni siquiera me sirvió salir fuera a buscarla.¡Joder!¿Cuántas más oportunidades iba a desaprovechar?Saqué el teléfono y busqué su teléfono. Lo había borrado, joder. Lo hice hace unos meses después de volverme loco, cuando me emborraché como una cuba, y estuve a punto de llamarla.¿Qué haces ahí parado como un pasmarote? – preguntó mi hermana, mirando alrededor, esperando encontrar algo que estuviese mirando allí afuera - ¿quién era la chica de hace un momento?Ahora no – contesté, molesto, pagando mi malestar con ella – no soy una buena compañía esta noche, as&i
Me senté de nuevo en mi sitio, después de haber ido al baño de mujeres, intentando volver a la normalidad, mirando hacia Macarena, que devoraba su platillo.Tenía pensado borrar esa porquería de aplicación, no esperaba encontrar el amor en ninguna aplicación, ni en ninguna parte. De momento… estaba bien cómo estaba.Encontrarme de nuevo con Miguel no era algo bueno para mí, pero estaba dispuesta a fingir que nada me afectaba, si con eso podía conseguir un poco de paz.Retomando la conversación del otro día… - escuché que decía mi amiga - ¿a qué no sabes quién es mi jefe? – me encogí de hombros, mirándola con atención, picando unas patatas de mi hamburguesa de buey - ¡Miguel! – me atraganté, y comencé a toser, sofocada – Si incluso nos besamos en su despa
Narrado por Miguel.Ni siquiera quería despertar de aquel perfecto sueño, de la forma en la que nuestros labios encajaban, de cómo me sentía con sus besos, de la sensación que me embriagaba cada vez que entraba en su interior, de cómo su cuerpo se erizaba con mi toque, del hermoso sonido que hacían sus cuerdas vocales cuando la poseía de esa forma, del calor que rodeaba la escena, el sudor, el silencio de la noche, el temblor de la cama debajo de ella.Sin tan siquiera haber pronunciado palabra entré en su casa, ignoré sus suplicas y advertencias, y terminé convirtiéndome de nuevo en dueño y señor de su cuerpo, de ese que había añorado cada día, desde hacía meses. Ni siquiera quería pensar en qué sucedería después, cuando todo terminase entre nosotros.Su cuerpo estall&oa
Aún no podía creerme que me hubiesen cogido para el puesto, no cabía en mi de alegría, y por eso no quería pensar en lo que sucedió anoche entre Miguel y yo. En esa maldita enajenación mental, en … cómo pude permitirle que volviese a usarme. ¿Qué demonios pasó por mi mente para dejarle entrar de nuevo?No podía permitirme a mí misma volver a ilusionarme por un hombre, ya lo pasé demasiado mal con Juanjo, luego con Agustín, y más tarde con Miguel. Necesitaba poner distancias entre los dos.Anduve por aquel largo pasillo, hasta entrar en mi clase, saludando a mis alumnos en inglés, con una gran sonrisa. Me presenté como su nueva profesora, y entonces empecé la clase. Era agradable, el trabajo, hablar inglés por horas, volver a sentir esa adrenalina cada vez que enseñaba y ayudaba a los demás, era al
Estaba entusiasmada aquel día, no quería pensar en Miguel, pero sabía que mi estado de ánimo estaba relacionado con su reciente actitud. Tuve clases por la mañana, almorcé con Maca, que aseguraba tener grandes noticias que contarme, pero cuando llegué al local, llevaba tarde, como de costumbre, así que terminé comiendo sola, porque no quería llegar tarde a mis clases de yoga de la tarde, recién me apunté, y no quería faltar a la primera clase. Fue interesante, como dato os diré, que el profesor estaba para mojar pan.Macarena me envió un mensaje a eso de las ocho, quería que nos tomásemos algo, y puesto que yo iba a cenar fuera, me pareció una pésima idea. Tuve que declinar la oferta, aunque le dije que nos veríamos en casa un rato.Me di una ducha y me puse un bonito vestido azul marino, encima de aquella ropa interi
Narrado por Miguel.Odiaba las reuniones familiares, si no fuese porque le prometí a Patri que pasaría a saludarla, no estaría allí, arruinando mi cita con Luisa.Por supuesto mi hermano y su esposa me miraron por encima del hombro, tía Clara estaba perdida por los jardines, huyendo de mi madre y Catalina que querían encerrarla en su cuarto, pero todo eso valió la pena al ver el rostro ilusionado de la cumpleañera.Me abrazó, asegurándome que era lo mejor que podía pasarle, me dio besos por toda la cara, mientras yo intentaba alejarme sin éxito, y todo se fue a la mierda cuándo me preguntó por Lu.¿Dónde has dejado a esa chica? – quiso saber, entusiasmada, haciendo que Alex, que solía poner su oreja en todas partes se metiese en la conversación.¿qu
Miguel.Respetaba las distancias entre jefe y secretaria con Macarena, sabía que tenía que hablar las cosas con ellas, dejarle las cosas claras, pero lo evitaba. No quería que la vida personal, nuestros problemas personales afectasen al trabajo. Ella era una secretaria muy eficaz, debo admitir.¿Ya se han ido todos? – pregunté, cuando la vi entrar por la puerta, aquella tarde, con una sonrisa en el rostro. Asintió, y yo cerré el ordenador, sin tan siquiera haber cerrado la ficha del señor Trujillo. Evité su mirada, y recogí un poco la mesa, mientras ella llegaba hasta mí, deteniéndose a mi lado, levantando la mano con la intención de acariciar mi rostro.Estás demasiado tenso – me dijo, justo cuando retiré su mano, incómodo con la situación – podría hacer qu
Fui a trabajar, como cada día, aunque seguía rallada, más después de la conversación que tuve con mi amiga la noche anterior. Ni siquiera vino a dormir.Tenía razón. Me había comportado como una cabrona, una mala amiga, más cuando ella me confesó, ilusionada, que había algo íntimo entre ellos.El problema de todo aquello eran mis sentimientos. Como siempre.No podía dejar de pensar en el pasado aquel día, evitaba el tema Juanjo, pero aquel día me dejó muerta de miedo, en un lado, sin poder reaccionar, cuando atravesaba los pasillos de la escuela, por lo que tuve que sujetarme a la pared, y pretender que estaba mirando el móvil, cuando lo cierto es que estaba sufriendo un ataque de pánico.Podía ver a ese gordo seboso abusando de mi cuerpo, mientras yo, borracha de placer y copas, me dejaba hacer. Tragué