Narrado por Miguel.Reconozco que mis días en la ciudad, sin ella, fueron aburridos. Me la pelaba a diario, pensando en ella, y terminaba frustrado, bebiendo cerveza en la soledad de mi habitación, o en la barra de algún bar, añorándola.¿En qué momento esa mujer se me había metido tan hondo, que ni siquiera me había dado cuenta?El lunes me despedí de mi familia, en el aeropuerto, incluso de Cata que vino a despedirme, a hacerme promesas vacías y a darme explicaciones que no necesitaba. Esas explicaciones llegaban tarde, ya no necesitaba nada de lo que ella pudiese ofrecerme. En lo único que podía pensar era en mi regreso, en volver a ver su bonito rostro, en las cosas que iba a decirle para que ella me perdonase, para volver a recuperarla, porque la necesitaba, ya fuese como amiga o cómo cualquier otra cosa.El trasbo
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