Para la mitad de la semana, Kara se mudó a su nuevo departamento, por suerte estaba muy cerca de mi casa, y podía visitar a Isa seguido. El miércoles la ayudé a llevar sus cosas a su nuevo hogar y mi sobrina entusiasmada me enseñó su habitación, que ya estaba decorada. Era la única parte de todo el apartamento que estaba terminado y perfectamente decorado, el resto, lleno de cajas y cosas sin acomodar. Sam aprovechó para ayudar a mi cuñada a organizar todo mientras yo volví a la oficina.Al llegar a casa, pasada las siete, Samantha me esperaba completamente desnuda, con un delantal de cocina, mientras removía algo sobre la estufa.—Vaya, vaya… pero, ¿qué es esto, señorita Clark? —pregunté divertido mientras dejaba mi portafolio y el saco sobre el sillón.—La cena, señor Archibald. Creí que podríamos
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