—Dorian… necesito que vengas al hospital lo antes posible. —La voz de Luke me advirtió que algo malo estaba sucediendo, mi temor creció y me fue imposible respirar. Me aferré con una mano al volante tan fuerte hasta que dolió.
—¿Qué sucede?
—Te lo diré en cuanto llegues, te espero en la entrada. —Y colgó.
Tiré el teléfono sobre mi regazo, me aferré con ambas manos al volante y dejé caer mi cabeza pesadamente sobre él. Incité a mi cuerpo a responder, mis pulmones cedieron y el aire me recorrió entero. Mi cerebro cooperó y me puse en marcha. No quería pensar, si lo hacía, posiblemente terminaría mal. Necesitaba llegar al hospital cuanto antes.
El viaje fue eterno. Cuando estacioné, corrí hasta la entrada y allí estaba Luke, con cara de preocupación y algo aturdid
Cuando Kara llegó, Sam seguía en el quirófano y no teníamos ni una noticia de su estado. Luke me tranquilizó diciendo que esas eran buenas noticias. Decirle a Kara lo sucedido fue un suplicio. Ella no soportó la tesión y se desmayó en mis brazos. Luke de inmediato se hizo cargo, y cuando ella volvió en sí, traté de tranquilizarla, pero estaba con una ataque de nervios, por lo que mi amigo creyó que era mejor hospitalizarla y darle algún calmante. Busqué entre sus cosas el teléfono de Adam, y le pedí que viniera al hospital. Unos minutos después, llegó. Le expliqué lo sucedido y, por supuesto, ofreció su ayuda, y su dinero, que no era mucho, pero todo servía. Para cuando Blake llegó, el cirujano apareció.—Luke. —Llamó a mi amigo y mientras Blake se abrazaba a mi cintura, él nos presentó.
Luke me indicó dónde se encontraba Kara y fui a verla. Pero, al llegar a la habitación que le habían designado, solo encontré a Adam sentado a su lado. Kara estaba profundamente dormida. Lo puse al tanto de la situación, por si ella despertaba y preguntaba por Isa. Luego me marché a la sala de espera de la UCI; allí estaban todos, sus rostros lucían preocupados y acongojados. La impotencia me embargó, no podía quedarme quieto sabiendo que las dos mujeres que más amaba estaban en peligro por mi culpa.—Luke, llámame si Sam despierta o hay algún cambio. —Le indiqué. Blake abrió los ojos sorprendida hacia mí e intentó detenerme.—¿A dónde vas, Dorian? —dijo con preocupación mientras me sostenía del brazo.—Volveré, no puedo quedarme aquí sin hacer nada.&
Cinco semanas despuésEl hospital se volvió mi hogar, no me alejé de ahí por más de dos horas al día, solo iba a casa a ducharme y volvía a su lado. Samantha aún estaba en coma. Y, para esta altura, nadie sabía si algún día iba a despertar. Los médicos no tenían muchas esperanzas, pero yo sabía que lo haría, mi pequeña estaba luchando, en algún lugar dentro de su mente, supe que me escuchaba y aún peleaba por volver a mí.Blake me había dicho que el embarazo iba bien, que mientras ella estuviera respirando, el bebé podría crecer sano. Ella se aseguraba de que así fuera.Pero entonces su médico principal me explicó que lo mejor sería dejarla ir, que estar conectada a máquinas no era vida. Pero era decisión de su madre si seguían con la asistencia mecánica
Sentí mi cabeza como una olla a presión. El dolor me abrumaba, era un constante y persistente sonido agudo que me provocaba jaqueca. Intenté abrir los ojos, pero solo pude ver como si fuera a través de una nube espesa. Las voces se difuminaban a lo lejos, como si estuviera encerrada en algún lugar y solo pudiera escuchar a través de las paredes circundantes.Y ese latido que escuchaba, un ligero y constante golpeteo en mi interior, imaginé que era debido al dolor. Pero había algo más… algo que aún no entendía del todo.—Sus signos siguen estables, no entiendo por qué no despierta… —Blake, estaba segura, aunque la escuchaba a lo lejos, reconocía su voz dulce y armoniosa.—Necesita más tiempo, ella podrá. Despertará, lo sé. —Esta vez, era Dorian, mi amor, mi único amor, estaba aquí… aunque
24/7: Término conocido como la relación BDSM las veinticuatro horas, los siete días de la semana.Amo/a: Es una más de las acepciones con que se designa al dominante en una relación D/s -en las relaciones S/M no es tan usual, aunque también se utiliza. En los juegos de rol, especialmente en la escena angloamericana, se habla de top. Otras referencias son Maestro, Dueño, Señor o Master.Arnés: arnés, de cuerpo o corporal: un tipo de prenda, muy usada y apreciada en escenarios S/M y D/s, consistente en tiras de cuero y/o metal que enlazan el torso, con ciertas reminiscencias de la imagen que se tiene de los gladiadores romanos y de un atuendo "esclavista". Se basa en enlazados de cuero y cadenas finas de metal, que dejan libre los senos. Los varones sumisos también los suelen usar, con algunas variantes. Puede ir acompañado o no de un
Las personas tienden a dejarse llevar por primeras impresiones. Muchas veces al conocer a alguien, su aspecto, sus primeras palabras para con nosotros, sus actitudes, definen nuestra relación.Pero, ¿cómo juzgar un libro por su portada? Eso es algo inaudito, es rehusar la oportunidad de que alguien te sorprenda, es dejarse llevar por un momento, por un instante… ¿Y si te equivocas? ¿Y si todo lo que crees saber, desaparece en un segundo?Durante toda mi vida, fui víctima de las impresiones, la mayoría equivocadas, de quién soy o quién creen que soy. Al presentarme y decir mi nombre, enseguida la gente relaciona a mi familia conmigo, y no podríamos ser más diferentes. O, al saber mi profesión, se hacen una imagen errónea de mí, de mi moral, de mis valores. O tal vez, me conozcas en otro ámbito, algo más… oscuro, por así decirlo, y te imagi
—Estás muy disperso, Dorian. Necesitas concentrarte o patearé tu trasero —advirtió mi mejor amigo y rival Luke.—Tengo la cabeza en otro lado —me disculpé, tomé el fierro ocho, un Lofter y me dispuse a pegarle a la pelota para acercarla al cuarto hoyo.Llevábamos toda la mañana del sábado jugando golf, un hábito que retomamos a mi regreso de Londres. Desde muy jóvenes, nos apasionamos por este deporte, y antes de que me marchara jugábamos cada fin de semana. Era una de las pocas actividades que me permitían evadirme de todo, la clave era no pensar demasiado. Pero hoy me estaba costando bastante dejar mi mente fuera de todo.—Déjame adivinar, tu mente está a unos cuántos kilómetros de aquí, más precisamente en una cafetería del Upper donde una tal Sam se encuentra —conjetur&oacut
Cuando llegamos a mi apartamento y cruzamos la puerta del ascensor, ya no aguanté su cercanía con las manos quietas. Lucía preciosa con su vestido invernal y medias negras. Apoyé una de mis manos sobre su plano vientre y empujé su pequeño cuerpo hasta una de las paredes laterales. Sus ojos me miraron desafiantes y llenos de deseo, entrecerré los míos y en un movimiento casi imperceptible tomé sus muñecas y las junté a su espalda con una de mis manos. La otra sujetó su cabello por la nuca y me apoderé de su boca en un beso salvaje y necesitado. Algo dentro suyo conseguía calmar la fiera que había en mí, la tenía a raja tabla. Mi cuerpo se amoldó al suyo y sentí como mi erección comenzaba a crecer raudamente. Ella emitió un jadeo entre mis labios y se estremeció. Nos perdimos en ese momento juntos, hasta que el ascensor se detuvo en