La cena fue todo un acontecimiento, como siempre. Marc hizo que fuera un evento especial, dentro de uno. Había dejado en cada habitación un traje como de mesera sexy pero elegante. Falda negra de tul, como de bailarina, muy corta. Medias de ligas negra, una pequeña tanga a juego. Pezoneras con plumas negras y un pequeño delantal blanco con volados. Nos pidió a los Dominantes que usáramos traje sobrio, por lo que me puse un traje negro con rayas grises, camisa y corbata negra. Cuando llegamos a la mesa, solo había cuatro puestos con su vajilla más fina y costosa. En una cena protocolar, las sumisas no comen en la mesa con sus Dueños, sino en el piso o en la cocina. Esta vez, cada una de ellas servían los platos, llenaban nuestras copas y estaban pendientes de que todo estuviera en orden. Generalmente, Sam y yo no hacíamos esas cosas, siempre comíamos juntos, pero para variar, era algo muy divert
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