Al volver a casa, no podíamos depegarnos uno del otro, nuestra relación había dado un enorme paso hacia el lado correcto. Sam tardó unos días en recuperarse del branding, pero quedó precioso, gracias a los cuidados recibidos. Kara seguía en la búsqueda de un nuevo hogar y Samantha comenzó a trabajar con Britt en su empresa. A mitad de semana, recibimos noticias de que el Juez Rogers había sido asignado a nuestro caso y había emitido sitaciones para presentar la demanda de clase ante él. En este tipo de casos, casi nunca se llega a juicio, sino que se produce un acuerdo entre las partes, pero cada uno debe exponer su parte. La primera mediación estaba prevista para los primeros días de enero. Media oficina estaba metida en el caso, ya que eran un total de veinticinco familias damnificadas. Por suerte, contábamos con la nueva asistente, una joven muy proactiva y eficiente
Casi sin darnos cuenta, la primera mediación llegó. Esa mañana, Ryan, Scott y yo nos presentamos en el juzgado y presentamos el caso y las pruebas a su señoría. Quinteros eligió un viejo conocido mío como su representante legal, un tipo duro, pero tan arrogante como previsible. Supe de inmediato que intentaría desistimar nuestro caso con una defensa absurda y sin ninguna base.—¿Qué tal tu vida, Dorian? Espero que sin sobresaltos —comentó sarcástico Quinteros cuando salimos del despacho.—Nada que no pueda manejar. Las ratas hay que exterminarlas de raíz —respondí sin darle mucha más chance de seguir con su maldito juego.El martes, Sam y yo salimos a cenar con su amiga July y su nuevo novio, un muchacho simpático y divertido con el que congenié de inmediato. Terminamos dando un paseo por Central Park y Sam y su amiga apr
—Hola, Marc —saludé con un apretón de manos, Kim se acercó de rodillas, como siempre. Besó mi zapato y no dijo nada.—Buenas noches, Samantha- ¿Cómo te encuentras? —preguntó mi amigo mientras besaba la palma de la mano de mi novia—. Dorian, un placer como siempre.—Buenas noches, Amo Marc. Kim. —Saludó mi pequeña educadamente.—¿Qué tal la noche? —interrogué.—Tranquila, parece haber muchas parejas nuevas.—Eso veo, muchas caras desconocidas.—Es esa maldita película, hace que mucha gente sienta curiosidad por este mundo.—Mientras lo hagan a consciencia… un whisky en las rocas y un cosmo, por favor —pedí al barman. Pasé uno de mis brazos por la cintura de Sam y la apreté con más fuerzas a mí.A los pocos minutos,
Para la mitad de la semana, Kara se mudó a su nuevo departamento, por suerte estaba muy cerca de mi casa, y podía visitar a Isa seguido. El miércoles la ayudé a llevar sus cosas a su nuevo hogar y mi sobrina entusiasmada me enseñó su habitación, que ya estaba decorada. Era la única parte de todo el apartamento que estaba terminado y perfectamente decorado, el resto, lleno de cajas y cosas sin acomodar. Sam aprovechó para ayudar a mi cuñada a organizar todo mientras yo volví a la oficina.Al llegar a casa, pasada las siete, Samantha me esperaba completamente desnuda, con un delantal de cocina, mientras removía algo sobre la estufa.—Vaya, vaya… pero, ¿qué es esto, señorita Clark? —pregunté divertido mientras dejaba mi portafolio y el saco sobre el sillón.—La cena, señor Archibald. Creí que podríamos
La segunda mediación fue un fracaso rotundo, le comuniqué al juez que no habíamos llegado a un acuerdo, y considerando que Quinteros no estaba dispuesto a negociar las condiciones de un acuerdo, no tuvo más remedio que poner fecha al juicio. Treinta días a partir de ahora. Era todo el tiempo con el que contábamos para reunir las pruebas necesarias de las intimidaciones de Quinteros, y conseguir un veredicto favorable para los inquilinos.—Te arrepentirás de esto, Archibald —soltó Quinteros cuando salía de la oficina del mediador. Ni siquiera me gasté en mirarlo, sus amenazas me tenían bastante cansado. No veía la hora de terminar con todo esto y que ese sinvergüenza pagara por todo lo que había hecho.En la oficina todos los esfuerzos se pusieron en mi caso, Scott se reunió con sus contactos policiales para tratar de encontrar pruebas de los negocios turbi
Al día siguiente, llamé a mi madre desde la oficina y la invité a almorzar para que pudiéramos hablar, como me había pedido. Al llegar al restaurant que ella eligió, ya estaba ahí, vestía un traje rosa pálido y negro, muy de su estilo, y su impecable peinado recogido.—Madre —saludé con dos besos, como de costumbre.—Hola, Dorian. ¿Cómo te encuentras?—Muy bien, ¿y tú?—Terrible. Toma asiento. —El camarero tomó las órdenes y se fue.—¿Qué sucede? —pregunté preocupado. Que mi relación con mis padres no fuera la mejor, no significaba que no me importara lo que les pasara, eran mis padres, después de todo.—Es tu padre, está empeorando, creo que la partida de Kara e Isabel le afectó más de lo que pensaba.—¿
La primera instancia del juicio dio comienzo. Al momento del alegato inicial, hice incapié en la ilegalidad de los actos de Quinteros para desalojar a sus inquilinos y en la historia criminal de este.Williams, por su parte, intentó desprestigiar a mis clientes, alegando que solo buscaban un resarcimiento económico de un buen hombre, algo completamente ilógico.Samantha me apoyó en todo momento, incluso intentó ayudarme como podía, preparánonos comida o café cada noche que pasábamos trabajando. Al final de la primera semana de juicio, decidí recompensarla llevándola a “Temptation” para distraernos un poco. Estaba hasta el cuello de testimonios y alegatos.Llegamos al club cerca de medianoche, luego de cenar en un precioso restaurant frances, solo nosotros dos. Nuestros amigos ya se encontraban allí cuando llegamos. Saludamos a todos y pedimos unas bebi
El juicio duró casi un mes, y para cuando tocó presentar los alegatos finales, yo estaba absolutamente seguro que el juez se inclinaría a nuestro favor. Volví a hacer incapié en la falta de legalidad de las acciones de Quinteros, en las intimidaciones y en los derechos de mis clientes que fueron violados. Luego del receso del almuerzo, volvimos a la corte para escuchar el veredicto del juez, que fue decididamente a favor de los inquilinos. Decretó que Quinteros pagara la suma de cinco millones de dólares en resarcimiento de daños y perjuicios. Y lo obligó a que les otorgara tres meses de plazo para el desalojo.Todavía debíamos esperar para saber qué les correspondía a cada uno, eso lo dictaminaría el mismo juez, en base a los daños ocasionados a cada familia. Pero estaba feliz de que esa gente tuviera por fin algo de justicia y que Quinteros supiera que no iba a salirse c
—Dorian… necesito que vengas al hospital lo antes posible. —La voz de Luke me advirtió que algo malo estaba sucediendo, mi temor creció y me fue imposible respirar. Me aferré con una mano al volante tan fuerte hasta que dolió.—¿Qué sucede?—Te lo diré en cuanto llegues, te espero en la entrada. —Y colgó.Tiré el teléfono sobre mi regazo, me aferré con ambas manos al volante y dejé caer mi cabeza pesadamente sobre él. Incité a mi cuerpo a responder, mis pulmones cedieron y el aire me recorrió entero. Mi cerebro cooperó y me puse en marcha. No quería pensar, si lo hacía, posiblemente terminaría mal. Necesitaba llegar al hospital cuanto antes.El viaje fue eterno. Cuando estacioné, corrí hasta la entrada y allí estaba Luke, con cara de preocupación y algo aturdid