–¿Cómo dijiste muchacho? –Pablo fue muy rápido y tomó al moreno de la camisa para levantarlo.–No puede ser cierto. – No solamente sentí frío, fue horror, miedo de enfrentar una noticia tan fatal como esa. Gonzalo salió cuando ya había anochecido, ¿A dónde fue? ¿A buscar a Flor? Tambalee.–Yooo no sé si sea así, solo corrí después que…–¿Después de qué? –Pablo seguía sosteniéndolo.–Después que le dispararon y cayó.–¡Nooo! –Grité aterrorizada, no, mi hermano no, Gonzalo no.–Virginia ve adentro, yo iré con él a la casa de los Castro.–No, no Pablo, yo también iré.Pablo lo soltó y se volteó para mirarme a mí, estaba tan asustado como yo.
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