—Bien —sonreí, completamente feliz de verla—. Bien, mamá, estresada, pero ya me conoces.—Cassie ya te dije que... ¡Hija! —mi papá se hizo presente en la videollamada, más emocionado que mi propia madre—. ¡Hola, princesa!—Hola papá —saludé con mi mano, aún con la sonrisa en mi rostro."Te dije que, si aquí te llamaban, respondes"La voz de uno de los gorilas que me atacó esa noche resonó en mi cabeza sin parar haciendo que, de la nada, sintiese como si la emoción se hubiese ido al suelo. Literalmente lo sentí como un bajón, como si todo se apagara de repente. Y es que ver mis padres después del suceso del callejón me hizo recordar que lo correcto era contarles, contarles todo lo que pasó sin omitir detalles. Todo eso me dio tristeza, me hizo enojar e incluso
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