— ¿Fue culpa de ella? —Julieta parecía más inquisitiva que nunca. Emilio sabía, o al menos consideraba, que esa era una prueba de las que habitualmente las mujeres ponen a los hombres. —Fue culpa de ambos. Hubo muchos factores que llevaron a que eso terminase muy mal… Ella no respondió. Caminaron ambos, juntos, subiendo por una calle. Estaban cada vez más cerca de llegar y mientras avanzaban, ambos se concentraron en sus pensamientos. Emilio no resistió las ganas de comenzar a hablar. —Sin embargo, amor mío, ese fue mi pasado. Mi pasado, lo que viví, lo que paso algún día. Lo que quiero ahora se llama Julieta, y nuestra relación, sho y tú, es lo más importante. Claro que… hay algo que debo decirte. —Dímelo, poeta. —Todas esas experiencias si me dejaron algo, y todo lo que viví me llevo a tomar una decisión firme. Contigo, con este amor que ya ha crecido tanto… quiero hacer las cosas bien, demasiado bien, de principio a fin. Por ti y
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