Hacia las horas de la tarde, Diana y Daniel acompañaron a Thomas y a Meredith al aeropuerto. Meredith abrazó a Diana fuertemente, y Thomas y Daniel palmearon sus espaldas prometiéndose una visita, ahora por parte de Daniel y Diana, a Los Ángeles.En cuanto quedaron solos, Diana y Daniel se miraron el uno al otro y se echaron a reír descubriendo que, aunque los dos querían mucho a sus amigos, y realmente lamentaban que se fueran, era más urgente estar a solas pronto, en una habitación ojalá.Subieron al auto conducido por Daniel, y ahora él parecía tener más prisa que antes, y en cuanto llegaron al edificio en el que vivían, bajaron del auto y corrieron al ascensor, entre risas, besos, abrazos y carreras.En cuanto cruzaron la puerta, Daniel la llevó contra la pared, y ya los besos eran urgentes, calientes, más parecían ser mordiscos que besos, y agrade
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