Su teléfono sonó justo en el momento en que despertaba de un sueño, donde una rubia de ojos verdes se acostaba a su lado en su cama, en su habitación, y comenzaba a acariciar su cabello oscuro y a mirarlo a los ojos, susurrándole palabras de amor eterno.Al mirar la pantalla en su celular, se dio de bruces contra la realidad, era su madre.—¿Qué quieres, mamá, llamándome tan temprano?—Buenos días, mi querido hijo para ti, también es un placer escuchar tu voz en una mañana tan hermosa.—Deja de redundar, mamá, y suéltalo de una vez. Por algo me has llamado a estas horas. —Él se levantó de la cama y sintió cómo su cabeza daba vueltas.Después de Dara irse de su estudio, Él había salido al minibar y busco la botella de whisky para terminarla por completo, al cabo de un
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