No hubo un solo grito entre la multitud, ni de horror ni de sorpresa, que indicara que estaban en desacuerdo con la forma en que aquel lobo liberado destrozaba a su lycan; y para el mismo instante en que el círculo de protección de la Keqzhara se desvaneció, ya Milo, Alissa, Hikaru y Raksha lo estaban conteniendo, porque era evidente que estaba muy trastornado.Rhiannon le hizo una señal a Alanna para que los dejara solos, después de todo, Aidan no podía lastimarla sin lastimarse a sí mismo.El campo se fue despejando poco a poco, hasta que solo quedaron Aidan, su Beta, Rhiannon y la figura pétrea de Maddox diez metros más allá, al que ninguna palabra, gesto o señal de Alanna había hecho moverse.Rhainnon soltó las ataduras de Brennan y este se encargó de desatar a Aidan.—Pudiste luchar por él —murmuró Rhiannon—. Era un asesin
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