Corrimos por la hierba mojada por la noche, y aun así seguimos sin parar, cogidos de la mano. Me dejé guiar por Nicolás sin importarme por una vez en la vida que pasará después, solo importa el ahora, nada más, ya habrá tiempo para pensar en el mañana. Esbocé una sonrisa quitándome los tacones que amenazaban con dejarme el cuello en dos, pero cuando lo iba a hacer Nicolás me tomó de nuevo en volandas corriendo conmigo como al principio llevándome a través del parque, pasando por unas fuentes encendidas donde gritó emocionado mientras varios jóvenes iban vestidos formalmente como nosotros, sin embargo, no nos importó el qué dirán, solo importábamos nosotros y nadie más. El mundo podría seguir después con su decadencia y destrucción, pero esta noche, solo seriamos nosotros dos, nuestro amor, nuestras vidas entrelazadas por el destino, p
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