Abrí lo más sigilosamente la puerta de entrada y la cerré de igual forma. Me quité las botas de trabajo y corrí hacia las escaleras en medias, tratando de a toda costa no hacer ruido. Despues de que nos quedáramos dormidos en la casa, Nicolás me levantó súper temprano diciendo que tenía que llevarme a casa para que me arreglara para el instituto, y despues me dejó una calle más atrás para que mi padre no sospechara que no me quedé en casa. Troté por las escaleras hasta que la puerta del despacho de mi padre se abrió y salió de allí mi padre cruzado de brazos mirándome enfurecido. Oh, dios mío. - No pasaste la noche en casa – musitó observando mi cabello pintado, al igual que la cara, sin embargo, mi ropa estaba muy limpia porque antes de salir de la camioneta de Nicolás, me quité el
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