CHASE—Chase, ya he escuchado esa excusa antes, no es la primera vez que llegas tarde a trabajar—comienza a reprocharme mi primo.—Debes ser responsable, estás a dos pisos de distancia—En realidad a cuatro—lo corrijo. Él me observa con cara de pocos amigos y continúa con su sermón.—Ves a lo que me refiero, no te tomas nada enserio, piensas que todo es un juego. Tienes veintidós años, ya no eres un niño, deberías tener como prioridad tu trabajo no una fiesta a mitad de semana. La abuela está preocupada, me ha dicho que últimamente vas de fiesta en fiesta, que ya no vienes por las noches, y cuando lo haces llegas a altas horas de la madrugada borracho
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