CHASE
—¡Vamos Tigres!— grita Alex abriendo la puerta de mi habitación de forma exagerada haciendo que me sobresalte y que los tres cepillos para cabello que habían sobre la mesada del baño terminen en el suelo.
¿En que momento ha llegado?
—¿Que haces aún así vestido, acaso no recuerdas que día es hoy?— entra nuevamente de forma exagerada, pero esta vez al cuarto de baño donde aún me encuentro, y sobre su cabeza lleva una gorra exageradamente ridícula y un guante de espuma que dice "Vamos Lakers"
—Primero:—digo enumerando con mis dedos— Hola a ti también Alex.
SWENDYHace dos años atrás—¡Sonrían a la cámara...! Vamos Wendy quita esa cara de amargada, acabas de graduarte—mi madre sujeta con fuerza la cámara entre sus manos y el flash nos indica que mi madre ya ha tomado la foto número treinta y dos en lo que va de la noche.—Una más, una más por favor—insiste—Creo que ya tienes suficientes fotos. Nos vamos—Tomo a Nate del brazo y lo dirijo hacia la puerta de entrada—tú no te muevas de aquí, iré por mi abrigo—Lo que usted diga señorita—dice ajustando el moño que lleva en su cuello.<
CHASE —Primero:—comienzo enumerar con mis dedos—gracias por tu ayuda. Segundo: Si quieres, puedes acercarte más hacia mi, no tengo ninguna enfermedad contagiosa—río, pero ella no lo hace. —Aquí estoy bien—observa a su alrededor, toma el taburete de Mickey Mouse que hay debajo del escritorio, lo observa intentado aguantar la risa, lo deposita frente a mi cama casi al lado de la puerta y toma asiento. —Tercero: me has dejado plantado, no has ido al bingo. Desilusionaste a mi abuela, eres cruel Fairchild...—hago un gesto de dolor colocando mi mano en mi pecho —Yo... —No te excuses—la interrumpo— ya es demasiado tarde. El daño ya está hecho
CHASE —Abuela ya te he dicho que no fue nada, fue un simple golpe—ruedo mis ojos y me alejó lo suficiente de ella para que deje de presionar una bolsa con hielo sobre mi ojo hinchado. —Elizabeth y su nieta estuvieron allí, —indica mi abuela sosteniendo una cuchara en su mano—me dijeron que ese chico fue quien comenzó todo, que comenzó a gritarte y recriminarte algo que al parecer nadie logró saber que era.—aún enojada por la falta de información que le he dado sigue revolviendo enérgicamente la pobre salsa qué hay en la olla. Es un pueblo pequeño, por lo tanto los rumores no tardaron en aparecer.Hay quienes dicen que mi pelea fue por un problema de drogas, ya que hacía dos noches atrás había estado "merodeando" por las calles más alejadas del pueblo.
WENDY—¿Por favor, dime que no te pondrás eso?—Si, ¿cuál es el problema?—Todo—señala Sara a través de la pantalla del celular. Hoy es la fiesta en la playa a la que me invitó a ir Chase hoy por la mañana. Claramente no estaba en mis planes concurrir, pero cometí el gran error de comentárselo a Sara cuando hablamos por teléfono y ella no tardó en iniciar una videollamada para casi que obligarme a ir. Nuestra conversación fue algo así:—¿Quién es ese chico? ¿Cómo se llama? ¿Es lindo? ¿Cómo irás vestida? ¿Me imagino que te
WENDY Relacionarme con la gente no se me da para nada bien, bailar siempre fue mi mayor diversión en las fiestas, ¿beber alcohol? Quizás uno o dos tragos, ¿emborracharme? Una sola vez durante una fiesta del instituto. Sara y yo terminamos tiradas sobre el césped de mi casa durmiendo bajo la luz de las estrellas hasta el amanecer. Cuando mis padres nos encontraron allí estábamos una abrazada de la otra, yo estaba con un zapato puesto y el otro estaba casi a cinco o seis metros de mi junto con los dos zapatos de Sara. Los gritos de mi madre despertaron a todo el barrio en cuanto nos vieron allí. Luego de eso recuerdo haber dormido durante horas y haberme levantado con una terrible resaca.Ese día juré que sería la primera y la última borrachera. Lo he prometido durante años. Hasta el día de hoy.
CHASESu rostro está a escasos centímetros del mío, desde esta posición puedo sentir su entrecortada respiración golpear sobre mi piel, al igual que puedo sentir los acelerados latidos de nuestros corazones. Claramente la castaña no está totalmente en sus cabales como para notar la extrema cercanía de nuestros cuerpos, si ella en este momento estuviese sobria, esta situación no se estaría dando, es así que disfruto los escasos segundos en los que su hermoso rostro y cuerpo está pegado al mío.—Creo... q-que tomaré... ot-otro vaso...—vuelve a decir la castaña en un estado de ebriedad casi alto. Intenta levantarse del sofá colocando ambas manos en mi pecho para utilizar a éste como so
WENDY—¡Por favor que alguien cierre esa cortina!—hago el intento de gritar con la voz ronca, la garganta seca, los ojos entrecerrados y un dolor de cabeza que hace años no sentía.—¿A quien le hablas Wendy?—me pregunto a mi misma—ahora vives sola.—vuelvo a cerrar los ojos, cubro mi cabeza con el edredón y la almohada ya que es más fácil y requiere menos movimiento que levantarme a cerrar las cortinas, y me permito quedarme allí tumbada sobre la comodidad de mi cama unos cuantos minutos más.Me hubiese gustado que fuesen horas y no minutos, pero un odioso sonido fuera de mi dormitorio interrumpe mi sueño.¡Otra vez!La vida conspira en mi contra p
CHASEHoy se suponía que iba a ser mi día libre, iba a dormir todo lo que no vengo durmiendo hace ya varios días y quizás, solo quizás si mi humor me lo permitía iba a prepararle la merienda a mi abuela tal y como solía hacerlo de pequeño.Mi sueño había sido interrumpido por un molesto sonido en el suelo de mi dormitorio, más precisamente dentro del bolsillo de mi sudadera. El teléfono de Wendy no paraba de sonar, le llegaron cerca de diez llamadas y cincuenta mensajes. Tuve la intención de apagarlo y seguir durmiendo, pero no lo creí apropiado ya que quien fuese la persona o personas que estuviesen al otro lado de la linea se preocuparían, y tanto ella como yo nos meteríamos en un problema, y d&eacu