CHASE
Hoy es de esos días en los que no quiero hacer absolutamente nada. Me he levantado únicamente para orinar. En el camino tuve la intención de pasar por la cocina y tomar una botella de cerveza de la heladera, pero en cuanto la cabeza comenzó a palpitarme cambié de opinión y he vuelto a acostarme sobre la cama sin hacer.
Con la vista en el techo y con el silencio de la casa a mi favor, hago todo lo posible por volver a conciliar el sueño a pesar de ser casi las dos de la tarde, pero es imposible. Al parecer hoy mis pensamientos no han de dejarme en paz.
Días como los de hoy es cuando los considero totalmente inútiles. He rechazado salir con Alex hoy temprano. La excusa de aún tengo resac
WENDY—Lo siento—oigo a mis espaldas cuando estoy a punto de bajar por las escaleras.Me giro aún con la mano apoyada en el pestillo de la puerta y quedo de frente a Chase.Mis ojos se desvían automáticamente a su entrepierna, luego a su torso desnudo y de nuevo a su entrepierna.Es imposible no mirar esa zona teniéndolo a escasos metros de mi con tan solo esa diminuta prenda de vestir.Dirijo mi vista a sus ojos e intento mirar solo su rostro, pero es imposible, tanta piel descubierta me distrae.—¿Y a que se debe tu disculpa?—pregunto confundida y recordando que él había sido quien habló primero.—Por lo que acaba de decir Brittany—hace un adem&aac
CHASE¿Si quieres puedes venir? ¿En serio Chase? Acabas de invitar a una chica diciéndole "si quieres puedes venir" y nada más ni nada menos que a un juego de bingo con ¡abuelas!No me considero el rey del coqueteo a pesar que se me da muy bien flirtear con las chicas, —tampoco es que hubiese querido coquetear con ella tan solo la invité a una simple reunión— pero creo que haber dicho tales palabras y haberla invitado a un bingo con mi abuela y sus amigas había sonado mejor en mi cabeza de lo que sonó en voz alta.Mi voz tembló, incluso tartamudeé. Hice la pregunta mirando al suelo, sus ojos me intimidaban, pero en el buen sentido.Con Britany esto nunca me hab&i
CHASE—¡Vamos Tigres!—grita Alex abriendo la puerta de mi habitación de forma exagerada haciendo que me sobresalte y que los tres cepillos para cabello que habían sobre la mesada del baño terminen en el suelo.¿En que momento ha llegado?—¿Que haces aún así vestido, acaso no recuerdas que día es hoy?— entra nuevamente de forma exagerada, pero esta vez al cuarto de baño donde aún me encuentro, y sobre su cabeza lleva una gorra exageradamente ridícula y un guante de espuma que dice "Vamos Lakers"—Primero:—digo enumerando con mis dedos— Hola a ti también Alex.S
WENDYHace dos años atrás—¡Sonrían a la cámara...! Vamos Wendy quita esa cara de amargada, acabas de graduarte—mi madre sujeta con fuerza la cámara entre sus manos y el flash nos indica que mi madre ya ha tomado la foto número treinta y dos en lo que va de la noche.—Una más, una más por favor—insiste—Creo que ya tienes suficientes fotos. Nos vamos—Tomo a Nate del brazo y lo dirijo hacia la puerta de entrada—tú no te muevas de aquí, iré por mi abrigo—Lo que usted diga señorita—dice ajustando el moño que lleva en su cuello.<
CHASE —Primero:—comienzo enumerar con mis dedos—gracias por tu ayuda. Segundo: Si quieres, puedes acercarte más hacia mi, no tengo ninguna enfermedad contagiosa—río, pero ella no lo hace. —Aquí estoy bien—observa a su alrededor, toma el taburete de Mickey Mouse que hay debajo del escritorio, lo observa intentado aguantar la risa, lo deposita frente a mi cama casi al lado de la puerta y toma asiento. —Tercero: me has dejado plantado, no has ido al bingo. Desilusionaste a mi abuela, eres cruel Fairchild...—hago un gesto de dolor colocando mi mano en mi pecho —Yo... —No te excuses—la interrumpo— ya es demasiado tarde. El daño ya está hecho
CHASE —Abuela ya te he dicho que no fue nada, fue un simple golpe—ruedo mis ojos y me alejó lo suficiente de ella para que deje de presionar una bolsa con hielo sobre mi ojo hinchado. —Elizabeth y su nieta estuvieron allí, —indica mi abuela sosteniendo una cuchara en su mano—me dijeron que ese chico fue quien comenzó todo, que comenzó a gritarte y recriminarte algo que al parecer nadie logró saber que era.—aún enojada por la falta de información que le he dado sigue revolviendo enérgicamente la pobre salsa qué hay en la olla. Es un pueblo pequeño, por lo tanto los rumores no tardaron en aparecer.Hay quienes dicen que mi pelea fue por un problema de drogas, ya que hacía dos noches atrás había estado "merodeando" por las calles más alejadas del pueblo.
WENDY—¿Por favor, dime que no te pondrás eso?—Si, ¿cuál es el problema?—Todo—señala Sara a través de la pantalla del celular. Hoy es la fiesta en la playa a la que me invitó a ir Chase hoy por la mañana. Claramente no estaba en mis planes concurrir, pero cometí el gran error de comentárselo a Sara cuando hablamos por teléfono y ella no tardó en iniciar una videollamada para casi que obligarme a ir. Nuestra conversación fue algo así:—¿Quién es ese chico? ¿Cómo se llama? ¿Es lindo? ¿Cómo irás vestida? ¿Me imagino que te
WENDY Relacionarme con la gente no se me da para nada bien, bailar siempre fue mi mayor diversión en las fiestas, ¿beber alcohol? Quizás uno o dos tragos, ¿emborracharme? Una sola vez durante una fiesta del instituto. Sara y yo terminamos tiradas sobre el césped de mi casa durmiendo bajo la luz de las estrellas hasta el amanecer. Cuando mis padres nos encontraron allí estábamos una abrazada de la otra, yo estaba con un zapato puesto y el otro estaba casi a cinco o seis metros de mi junto con los dos zapatos de Sara. Los gritos de mi madre despertaron a todo el barrio en cuanto nos vieron allí. Luego de eso recuerdo haber dormido durante horas y haberme levantado con una terrible resaca.Ese día juré que sería la primera y la última borrachera. Lo he prometido durante años. Hasta el día de hoy.