-No, nena. No es eso. Por favor. No es eso. Soy yo, algo del pasado... un momento horrible en la guerra.-Pero no me lo vas a contar... ¿Por qué no puedes decirme qué te pasó? Tus cicatrices..., Elliot... -intentó apartarse de mí, poner distancia entre los dos, pero no de coña iba a permitirlo.-No, Raquel, te necesito. No me apartes de tu lado.-No lo...Interrumpí sus palabras aplastando mi boca contra la suya, poseyéndola con mi lengua tan hondo que todo lo que ella pudo hacer fue aceptarla. La cogí y di tumbos hacia la cama. Tenía que estar dentro de ella, en todos los sentidos. Necesitaba ratificar que ella se hallaba aquí, que yo estaba vivo, que ella estaba a salvo bajo mi cuidado, que yo estaba vivo..., que ella estaba a salvo..., que yo estaba vivo...-Nena, eres tan guapa y me haces tanto bien... Lo eres todo para mí ¿de acuerdo? Dime que me deseas -balbuceé mientras separaba sus piernas con mis rodillas y metía dos dedos dentro de su sexo, húmedo y caliente. Empecé a acaric
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