Había un sonido constante en el fondo. Era molesto, insistente, distrayente y hacia meya en su concentración. Traspasaba vagamente la nebulosa de la mente se Alisha. Su cuerpo estaba fuera de sí y apenas tenía control sobre él. Los dientes en su cuello en vez de dolor mandaban estremecimientos por cada fibra de su cuerpo. En sus ojos, los colores se distorsionaban, se saturaban cada vez más mientras sus manos se enterraban en la espalda del lobo manchando la tela con pequeñas gotas de sangre.No sabía lo que hacía, su voluntad se había desvanecido hacía rato, siendo reemplazado por el ser dentro de ella, pero por primera vez era consciente de su alrededor. Del lugar donde estaban, del hombre que sujetaba su cuerpo contra la fría pared del elevador, de sus manos grandes y cálidas acariciando su nuca
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