La cama se sentía vacía y fría. Una señal de alarma por parte del lobo de Cristián llegó a su cabeza y abrió los ojos con sus orbes oscureciéndose.
Miró a su lado y encontró las sábanas aun regadas, apenas con un leve aroma, evidencia de que su pareja estuvo allí. Pero y dónde estaba ahora.
Enfocó sus sentidos y el olor de ella le llegó. Estaba dentro de la casa, pero no estaba sola.
Apretó los dientes con sus colmillos amenazando por salir. Su paciencia se estaba acabando poco a poco y lidiar con una compañera tan problemática no estaba en sus planes, incluso cuando se derretía delante de ella. No recordaba que su madre le diera tantos dolores de cabeza
Cuando ella le pasó por su lado satisfecha, los presentes soltaron un suspiro de alivio. Dylan se despeinó intentando soltar toda la frustración acumulada por los sucesos ocurridos en los últimos minutos. La casa se estaba volviendo de patas arriba.-Y Serguei quiere que vayamos a hablar con él para ponerme al día con esta nueva locura de mi vida- Alisha le dijo antes de cruzar la puerta mientras los hombres se corrían y le dejaban el paso libre. No querían otra vez problema con ella o con su superior.-Oye, ese cuerpecito tiene fuego por dentro- Dylan se carcajeó-Yo espero que mi pareja no sea así, es como tener a dos Serguei bajo el mismo techo- Steicer se recostó al marco.Cristián agarró el paño que Louva le lanzó y se limpió la sangre del cuello. No era profunda la herida, pero si dolía y era íntimamente caliente.Recordó el momento en que hicieron contacto. Fue solo un segundo pero los cuerpos de ambos vibraron reclamándose entre ellos. El destino los había hecho el uno para el
Alisha no respondía, parecía como si tuviera una lucha interna entre su razón y su deseo, pero al cabo de unos segundos y con el ceño fruncido asistió con la cabeza. Estaba molesta con él. Había traicionado su confianza y ahora mismo no sabía ni siquiera que era, o lo que le ocurría. Las lagunas eran tan grandes como sus dudasCristian soltó suavemente el agarre de los brazos y ella protestó al enderezar el hombro donde estaba la mordida de sumisión que había tenido que hacerle para hacerle volver a su forma humana.-Déjame encargarme de eso- corrió hacia un lado el cuello de la camisa que cayó por debajo del hombro, dejando a la vista las cuatro heridas más profunda de los colmillos, y otras más pequeñas
Serguei abrió la puerta y se dirigió a la pareja en el pasillo. Les había dado su espacio pensando que era la mejor idea. Pero estaba tratando con algo que no conocían.-Cristián tráela a mi oficina, hay que calmarla primero- Su tono autoritario no tenía reclamación-Cristián la cargo en brazo y aunque se resistió al final enterró sus manos temblantes en la tela de su ropa. Entrando a la oficina la llevó al inmenso sofá de cuero negro. Para cuando la dejó su piel volvía a cubrirse de pelaje blanquecino. Su ceño dolorosamente fruncido denotaba la preocupación en su rostro. Serguei lo apartó y se arrodilló ante el cuerpo sollozante de Alisha y le tomó la mano ignorando el gruñido a su espalda.<
-Que me tengo que acostar con él- El grito de Alisha salió demasiado agudo para los sensibles oídos de los dos lobos presentes.Serguei había pasado más de media hora explicándole, con cuidado, lo que eran, su origen y lo que había ocurrido con sus mujeres. Tuvo que tener mucho tacto para contarle lo que había descubierto sobre ella, y el remedio temporal que creía necesario para ayudarla. Alisha había escuchado palabra por palabra asimilando cada detalle, su boca solo se habría para decir algo, pero volvía a cerrarse con la misma velocidad. Fruncía el ceño y lo masajeaba en un intento de quitarlo inútilmente. Pero lo que le había hecho levantarse del asiento fue la última parte.Podía asimilar que no era humana,
Cristián dejó caer el pantalón quedándose totalmente desnudo, para él no era un problema, la ropa solo era una necesidad para integrarse a la sociedad y quería que su pareja supiera lo que era de ella por derecho. Su cuerpo se curvó y comenzó a cubrir de espeso pelaje marrón. Su forma total de lobo se acercó a su mujer, que había caído en el piso de la impresión. Ahora seguro era consciente que nada de lo que decían era mentira.Se irgió en todos sus centímetros pero avanzó con prudencia. Sabía que si ella se convertía otra vez, como había dicho Serguei, la cagaría y ella que de por si era más grande no terminaría bien la cosa.Alisha se corrió hacia atrás con el corazón en la boca prácticamente. Todas sus locuras se habían materializado y donde antes estaba su guardaespaldas que estaba mucho mejor sin ropa que con ella, ahora había el lobo más grande que hubiera visto en su vida. Pero una cosa era verdad. Tenía miedo, pero a la vez estaba irracionalment
Habían pasado dos días desde el incidente y la mujer seguía en el duro. Si eso duraba más tiempo Cristián terminaría violándola. El lobo casi lo devoraba por dentro y estaba molesto con él por ser tan indulgente. Le habían enseñado que las compañeras tenían que estar a su lado y obedecerlos, los antiguos aún tenían esas ideas retrógradas pero en pleno siglo 21 como le dices eso a una mujer que es dueña de hasta el suelo que pisa.Cristián se revolvió el cabello obstinado y tomó un sorbo de café súper concentrado que Dylan le había preparado. El joven lobo era en palabras lo más relajado de la casa. Mujeriego a morir y por ironía era el que mejor se llevaba con su compañera. Le cocinaba y eso a ella le gustaba. Los c
Cristián fruncía el ceño. Su compañera se había alterado y él lo había notado. El pulso ahora circulaba más agitado y su respiración irregular. Al final la soltó cuando ella lo miró desafiante y enterró ligeramente las uñas sobre sus dedos.La vio acercarse a la mesa infalible y gruñó cuando el otro hombre no se quiso mover. Surtió efecto poniendo distancia de inmediato.Alisha tecleó en la computadora y soltó un chasquido al encontrar lo que sospechaba.-Cristián necesito tu celular, perdí el mío cuando pasó aquello- hizo una mueca al recordar el incidente del atentado contra su vida.
Había un sonido constante en el fondo. Era molesto, insistente, distrayente y hacia meya en su concentración. Traspasaba vagamente la nebulosa de la mente se Alisha. Su cuerpo estaba fuera de sí y apenas tenía control sobre él. Los dientes en su cuello en vez de dolor mandaban estremecimientos por cada fibra de su cuerpo. En sus ojos, los colores se distorsionaban, se saturaban cada vez más mientras sus manos se enterraban en la espalda del lobo manchando la tela con pequeñas gotas de sangre.No sabía lo que hacía, su voluntad se había desvanecido hacía rato, siendo reemplazado por el ser dentro de ella, pero por primera vez era consciente de su alrededor. Del lugar donde estaban, del hombre que sujetaba su cuerpo contra la fría pared del elevador, de sus manos grandes y cálidas acariciando su nuca