CAPÍTULO 104. ¿TODO ESTE TIEMPO?
Los ojos de Mía se humedecieron en un segundo. Le habría gustado voltearse, darle la espalda, controlarse por un momento, y sobre todo alejarse de él antes de decirle algo como aquello, pero Leo la tenía atrapada entre el espejo de Tocador y su cuerpo y era imposible escapar de ahí.—Nena, ya todo pasó… —le aseguró él levantándole el rostro y limpiándole las lágrimas con los pulgares—. Sé que va a pasar un tiempo antes de que te sientas bien del todo, pero tenemos que intentarlo, ¿si? Vámonos de vacaciones, vámonos a divertirnos y a olvidarnos de todo esto, Sam, Guido, tú y yo… en uno de esos barquitos hermosos de Santiago…Mía ahogó un gemido cuando escuchó ese nombre y Leo frunció el ceño al escucharla sollozar con más fuerza y apartar sus manos.—Mía &iques
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