Al cabo de dos días, en casa de Sam.Habían pasado dos días, dos días desde que recibí aquel aterrador mensaje, dos días en los que no pude dormir tranquila, los dos días más largos de mi vida. No salía de casa, no dormía, no comía, en definitiva, no hacía nada por miedo de que él se me apareciera. Me sentía observada, sabía que él me estaba vigilando y por mucho que mirara a mi alrededor no veía nada, pero tenía esa sensación incomoda que sientes cuando alguien te observa fijamente, y sabía que era él, pero yo no podía hacer nada. Esa misma mañana cuando me desperté, supe que eso tenía que acabar, no podía andar con miedo y escondida todos los días, no podía permitir que alguien que no conocía, alguien tan miserable como él me arruinara la vida. Tenía que superarlo, enfrentarme a él o simplemente dejarlo pasar y eso es lo que iba a hacer. Esa misma tarde iba a salir y pasármelo bien como lo hacía antes, me daba igual lo que pasara, porque sé que no hay nada peor
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